Archivo de la categoría: 02 – Educación

Aportes para una educación que sirve para la dignidad de nuestro pueblo y desde ahí nuestra democracia republicana.

LA UNIVERSIDAD DE LA PUNTA Y SU RECTORA

La hoy senadora nacional Lic. María Eugenia Catalfamo fue designada Rectora de la Universidad de La Punta (ULP)

Desde la oposición se dice reiteradamente, que es una designación inconstitucional porque Catalfamo no cumple con los requisitos que la Ley 24521(Ley de Educación Superior) fija para ocupar el cargo de rector de universidad.

El oficialismo dice que es una designación correcta por cuanto se ajusta a la ley II-0034-2004 de creación de la ULP, en su texto ordenado tras varias modificaciones.

Veamos el origen de esta diferencias

La ley de Educación Superior 24521, en su artículo 26 dice:

“La enseñanza superior universitaria estará a cargo de las universidades nacionales, de las universidades provinciales y privadas reconocidas por el Estado Nacional y de los institutos universitarios estatales o privados reconocidos, todos los cuales integran el Sistema Universitario Nacional.”

Destaco lo de “reconocidas por el Estado Nacional”.

A poco de ser creada por ley 5266 en julio de 2001 como Universidad Provincial de San Luis, la entonces Rectora Dra. Bañuelos inició las gestiones para lograr el reconocimiento nacional; así lo exigía esa ley en su artículo 4, cuyo texto original fue cambiado por el actual que establece la designación del Rector a propuesta del Gobernador.

Ese pedido de reconocimiento fue devuelto por la CONEAU, por tener documentación incompleta. Las explicaciones dadas por el gobierno provincial expresaron que el rechazo fue a causa de las modalidades nuevas y originales en su organización y en sus planes de estudio.

El Gobernador Alberto Rodríguez Saá, al más puro estilo feudal, supo decir en varias oportunidades, incluyendo Asamblea Legislativa, que no necesitaba el reconocimiento nacional porque su gobierno no aceptaba las exigencias nacionales para universidades y porque, además, todos los egresados de la ULP tendrían trabajo en San Luis sin necesidad de buscarlo en otras latitudes.

Estas afirmaciones se asientan en el párrafo del artículo 1 de la ley de creación de la ULP la que se ajustará a la ley 24521 “…en tanto sus disposiciones resulten compatibles con la autonomía de la provincia.” Una redacción tan amplia, que puede dar lugar a distintas interpretaciones según el caso.

Siendo gobernador Claudio Poggi, instruyó al por entonces Rector de la ULP, Ing. Munizaga, para que retome las gestiones ante el Gobierno Nacional para lograr el reconocimiento de la ULP. Las duras críticas que Alberto Rodríguez Saá hizo a través de sus medios de comunicación a esta decisión, hizo que se la dejara de lado.

La Universidad de La Punta no está reconocida por el Estado Nacional. Lo mismo pasa con la Universidad Provincial de Oficios Eva Perón (UPRO). Estas dos universidades provinciales de San Luis no integran el Sistema Universitario Nacional; por lo tanto, no las rige la ley 24521 y sus rectores no son elegidos según los requisitos de la ley nacional.

Al no integrar el Sistema Universitario Nacional, la ULP no puede dictar carreras de grado ni posgrado, solo algunas pocas tecnicaturas que sí tienen el reconocimiento nacional. Las carreras de grado y posgrado que figuran en su oferta académica son propias de la Universidad Nacional Tres de Febrero.

Lo mismo pasa con la UPRO, que se presenta como Universidad de Oficios, que dicta algunas tecnicaturas y varios oficios, sin que se informe, en su web, que tengan el reconocimiento nacional. Tiempo atrás, supo crear una Ingeniería en Mantenimiento, totalmente fuera del marco legal nacional; hice la denuncia ante la CONEAU. La que fue respondida diciendo que la UPRO quitó de su web esa oferta.

Hay exigencias de la ley que rige a la ULP que todas sus autoridades han incumplido sin pudor alguno y a la vista y silencio de todos. Me refiero a la obligación de dictar su estatuto, creando órganos colegiados de gobierno con la participación de docentes, egresados, no docentes y alumnos. Creo ser el único que ha denunciado este delito, sin que gobiernos, opositores. rectores, profesores, empleados o alumnos se hayan interesado en exigir su cumplimiento.

¿Lo hará Catalfamo?

Conclusión

La elección de la Lic. Catalfamo como Rectora de la ULP es legal conforme la legislación provincial.

La ULP es una universidad ajena al Sistema Universitario Nacional y fuera de la jurisdicción de la ley 24521.

Puedo decir, en lenguaje común, que ULP y UPRO; son universidades truchas.

SAN LUIS. Octubre 26 de 2023

DE LA PRIORIDAD EDUCATIVA

Un buen punto de partida es el definir qué es prioridad. En el diccionario de la academia de nuestro idioma hay dos acepciones:

*  Anterioridad de algo respecto de otra cosa, en tiempo o en orden.

* Anterioridad o precedencia de algo respecto de otra cosa que depende o procede de ello.

Es decir, aquello que está antes que otra cosa, ya sea por orden de aparición, de preferencia o de importancia.

Vayamos ahora, a nuestra educación.

¿Qué dice la ley de Educación Nacional 26206, sancionada en diciembre de 2006?

 ARTÍCULO 3°. – La educación es una prioridad nacional y se constituye en Política de Estado para construir una sociedad justa, reafirmar la soberanía e identidad nacional, profundizar el ejercicio de la ciudadanía democrática, respetar los derechos humanos y libertades fundamentales y fortalecer el desarrollo económico-social de la Nación.

En este texto hay otro concepto, el de política de estado, que también es bueno caracterizar: se trata del fuerte interés a largo plazo de los interesados o responsables de alguna actividad fundamental para la sociedad. Exige el compromiso de todos los sectores involucrados, comenzando por el gubernamental, procurando conciliar intereses y aspiraciones. Necesariamente, debe involucrar a toda la ciudadanía a lo largo de varios períodos gubernamentales, por lo que requiere la determinación de objetivos y acciones conducentes a ellos, en distintas etapas y plazos, superando situaciones transitorias de los distintos gobiernos involucrados.

Se necesita también de los responsables, experticia, entendida como una sumatoria de conocimiento, experiencia y habilidad política.

De la realidad

Tras lo citado, surge una pregunta de vital importancia: ¿la prioridad y la política de estado que marca la ley 26206, existen?

La respuesta es, lamentablemente, negativa.

El persistente deterioro de nuestra educación, conforme las distintas evaluaciones que se aplican muestran la caída en el rendimiento estudiantil con respecto a las primeras que se aplicaron años atrás. Además, varios países de nuestra América nos han superado con claridad. Las dificultades para cubrir vacantes laborales con las necesarias exigencias de conocimiento dan también, muestras de esa caída.

Mientras tanto, se repiten los lugares comunes de “queremos una educación de calidad”, sin poder ni definirla, ni explicarla,  adoptan medidas parciales, muchas de ellas con más de facilismo demagógico que de prioridad. El que estas medidas duren lo que el gobierno que las aplica, para ser abandonadas o postergadas por el gobierno siguiente, son consecuencia de la carencia de políticas de estado desde el diálogo interdisciplinario y multipartidario.

Si este rápido diagnóstico aparece como duro, es que realmente la realidad educativa argentina es así. Si se aspira a superarla, no cabe un diagnóstico amable, porque sería mentiroso.

De la prioridad

La ley 26206 es clara y correcta en señalar lo prioritario de la educación. Pero no basta con una redacción feliz. Ese concepto debe traducirse en acciones que no se ven a causa  del irrespeto a la norma legal tan vigente en la ciudadanía y en los gobiernos. Lo que se expresa, real y lamentablemente, en que el futuro para la política argentina, no vaya mucho más allá de las próximas elecciones, no de las próximas generaciones; salvo en las promesas electorales, mayormente incumplidas.

La prioridad se debe traducir en acciones concretas, planificadas para el corto, mediano y largo plazo. Los resultados no suelen ser rápidos, llevan su tiempo. Característica ésta que es, precisamente, la que no atrae a los gobernantes, porque el “marketing” político exige cosas materiales ya, evidentes para las campañas electorales bianuales.

Esta es la mayor dificultad, de la que la ciudadanía debe tomar conciencia para poder exigir y evaluar a sus representantes en el Estado.

Está claro que la educación no es la única prioridad en momentos como los actuales. Pero, la educación es la actividad fundante de las sociedades, de los países, de los trabajos, de las profesiones, a partir de asegurar a toda la población toda la educación que sea capaz de recibir.

Los gobernantes deben actuar sobre múltiples prioridades coexistentes, lo que obliga a la ciudadanía a elegir experticia, algo que no parece abundar.

Hay más…

… de incumplimiento legal en materia educativa.

Por ejemplo, el artículo 28 de la ley 26206 que señala que las escuelas primarias deben tener jornada extendida o completa. Escasísimo el porcentaje de cumplimiento de esta exigencia en la totalidad del país.

Esta misma ley ratifica en su art. 9 que el 6% del PBI nacional debe destinarse a educación, concepto precisado inicialmente en la ley 26075 de Financiamiento Educativo. El actual presupuesto elaborado y aprobado con la intervención del Ministro de Economía Serio Tomás Massa, no cumple con  el 6% de ley; pero claro, de eso no se habla.

Los 180 días de clases que instaura la ley 25864, tampoco se cumplen. Siempre hay un cuento que justifica ese incumplimiento.

San Luis, tiene también lo suyo en este tema. Ya se lo analizará.

Conclusión.

Parece que las leyes son buenas para el floreo publicitario electoral, no para ser cumplidas. Una buena educación permitirá a la ciudadanía analizar, juzgar y elegir sobre bases más sólidas que el clientelismo.

Por eso es que no tenemos ni prioridad educativa, ni política de estado en educación.

La culpa no la tiene el chancho…

                                                          San Luis. Octubre 16 de 2023

ACERCA DE LAS PROPUESTAS EDUCATIVAS DE RODRÍGUEZ LARRETA * II

Es ésta mi segunda nota acerca de las propuestas educativas que Rodríguez Larreta anunció días atrás en San Luis. Vaya primero una aclaración con disculpas.  La nota anterior destacaba las 10 propuestas anunciadas y así reflejadas en medios nacionales y provinciales.Pero en la web del pre candidato a Presidente de la Nación, veo que las propuestas son once, todas ellas englobadas en el concepto de revolución educativa. ¿Esta diferencia será una mala jugada de la memoria del candidato o todo el periodismo escuchó mal?

Lo importante es que hasta el momento Rodríguez Larreta es el único candidato que ha presentado y explicado, brevemente, un programa para educación.  Grabois ha incluido en su web un listado de acciones englobados en tres ítems, sin ampliación alguna. Milei habló de los vouchers y de una educación no obligatoria; callarse habría sido mejor para él. Del resto de los pre candidatos no encuentro propuestas. Hace ya más de 10 años que insisto en esto de proponer una política educativa para Argentina, de ahí estos análisis y comentarios.

Parto desde mi convencimiento que la decadencia actual de nuestra educación argentina es responsabilidad de muchos gobiernos nacionales y provinciales. A lo largo de los años la política se ha embebido de cortoplacismo, de la acumulación de poder y riqueza y de ganar las próximas elecciones. Con esa visión de país, no hay forma alguna de crecimiento sostenido, de dignificar al país todo. Ese es el origen de este dura y triste realidad nuestra.

Yendo al terreno educativo y de lo que se nos propone en esta campaña electoral, afirmo que una revolución educativa no se logra por medidas aisladas, sino una política de estado que tenga una visión integral y sustancialmente distinta de la educación para siempre.

Un cambio así de integral, es una revolución educativa, idea que rescato y aplaudo. Así lo expresé allá por 2011. No digo que las medidas que se prometen sean inútiles, sino que son parches dentro de lo mismo de siempre. Son necesarias, pueden llegar a mejorar el panorama, pero no a resolverlo. Parches no son un cambio profundo y sustancial. Debemos cambiar el punto de vista y de ataque, cambiar la lógica de los acontecimientos de una problemática tan amplia y tan delicada como la educación.

El nudo del problema es político. Argentina carece de una política de estado que privilegie a la educación como la generadora de todas las profesiones y todos los trabajos. Un pueblo sin toda la educación que es capaz de recibir, es más fácil de controlar y manejar para quienes hacen de la política no un servicio, sino un “modus vivendi.”

La buena y correcta idea de una revolución educativa es la que debe movilizarnos de aquí en más. Se llegará a ella con diálogo y consensos, con república, democracia, honestidad, ética, trabajo, sin violencia alguna. Hay mucho que hacer y muchos obstáculos por superar, eso se logra acudiendo a los mejores valores de vida. El gran cambio que desde tanto tiempo se reclama sin lograrlo, es una nueva forma de sentir, pensar y concretar la política. Veamos.

Prioridad educativa: Una nueva política debe generar políticas de estado a realizarse a lo largo de muchos años, por todos los gobiernos que se sucedan.  La primera acción de una política de estado en educación es declararla como prioridad fundante de la Nación. Así lo han hecho, y siguen haciéndolo, varios países que debemos mirar con atención. Una prioridad así deberá traducirse en una ley consensuada con las distintas expresiones partidarias, academias científicas, universidades, etc. A esto le he llamado Gran Acuerdo Nacional Educativo o GANE.

Esa prioridad, incluye varios aspectos: gubernamental, económico, social, profesional y técnico. El orden en que están mencionados no implica importancia, deben encararse todos juntos, siempre. Gubernamental: El gobierno nacional y las jurisdicciones deben asumir que esta prioridad educativa, es la base para crear y sostener el crecimiento material y humano. Sin mucha y buena educación, nuestro país irá siempre atrás de aquellos que sí la tienen porque han entendido cuál es la prioridad de todos los países y sociedades.La legislación debe incluir muchas más responsabilidades que las actuales a la nación; hay que superar aquel error de transferir todas las escuelas a las provincias, sin preparación, sin planificación, sin presupuestos y con todos los problemas.

Económico: el presupuesto debe satisfacer las demandas de todas las acciones que se pongan en práctica. Esa será la mayor y mejor inversión nacional. Por cierto que ha de hacerse en forma progresiva habida cuenta de la grave realidad económica actual. La actual legislación establece un 6% del PBI para educación. Poco se lo ha cumplido, siempre escondiendo la realidad o inventando ridículas razones. Complicidad de legisladores que aprueban los presupuestos y de los gobernadores que callan a cambio de algún otro favor. La educación termina siendo la Cenicienta del presupuesto.

Social:  También la sociedad debe priorizar la educación, valorándola y convirtiéndose en apoyo, crítica y exigencia a la política, a los docentes, a sus jóvenes generaciones. La tan mentada pauta publicitaria de los gobiernos para propaganda política o personal, debe orientarse a campañas educativas para fortalecer las acciones en marcha y poner a la educación en el podio del interés nacional. Los medios de comunicación, deberán convertirse en portadores de estas prioridades y de un ámbito cultural – educativo alejado de la superficialidad, la grosería y la chabacanería que campea hoy en la mayoría de ellos.

Por último, la familia no puede abandonar ni aflojar en su responsabilidad de primera educadora. Todo el país una escuela, cada casa un aula.

Lo profesional: La prioridad educativa, debe acompañarse de priorizar la profesión docente. Porque si se aspira a una revolución educativa, se necesitan actores militantes de esa tarea en el frente del ataque a los problemas existentes. Esos actores, esos gestores claves son los docentes. Si ellos no están convencidos y provistos de lo necesario, no tendrá lugar el gran cambio. También tiene varios componentes. El primero, es una Reparación Histórica del salario docente. Será política de estado llevar a la docencia, en forma progresiva y persistente, al podio de las profesiones mejor pagas del país. No es demagogia, es lo que nos dice la experiencia mundial. Gran parte del ausentismo y de los paros docentes tienen origen en los problemas anímicos y de salud que originan los bajos salarios. Ausentismo y paros no se solucionan con las limitaciones de la ley de servicio esencial, sino atacando la causa madre: lo no prioritario de la educación de la docencia. Un docente debe ir a su trabajo con la alegría de ejercer su profesión sabiendo que con ella puede garantizar vida y futuros dignos para sí y para su familia.

Resolviendo paso a paso el problema salarial, el gobierno, cualquiera sea él, tendrá la autoridad moral para exigirles todo lo mucho y bueno que deben y pueden dar. Debe avanzarse en la dedicación exclusiva para los docentes, de modo tal que no les sea necesario tener dos o más trabajos para lograr los ingresos necesarios. Exclusividad que resuelva ese tema a la par que se especialicen, investiguen y atiendan las dificultades de sus alumnos. Puede comenzarse con maestros exclusivos, por concursos de méritos, en los primeros grados de la primaria. Otro factor, es la formación docente, que debe ser profunda, exigente, tanto en la inicial específica como a lo largo de toda su carrera activa. Los salarios deben premiar a la especialización, mucho más que a la mera antigüedad. Otro, es que la sociedad toda respete, cuide y apoye a sus docentes. Esta múltiple dignificación profesional hará que se multipliquen las vocaciones y que éstas se concreten en niveles de excelencia.

Técnico: Las ciencias de la educación deben aportar mucho en la currícula y metodología de cada nivel.   Mucho se investiga, mucho se habla y poco se concreta en lo atinente a los cambios curriculares, a la didáctica y formas evaluativas. La educación suele ser muy resistente a los cambios. Asimismo, debe cambiarse la arquitectura escolar ya que se sigue construyendo sobre la base del paradigma edilicio de hace cien años o más.

A modo de cierre: Todas aquellas ideas o propuestas que nos hablan de cantidad de días y de horas de clase, del uso de computadoras, de más o menos libros, de qué idiomas, etc.; forman parte de las acciones propias de los componentes de la prioridad nacional que propongo.

Creo e insisto en que una prioridad nacional así integrada está mucho más cerca de una revolución educativa, que una declaración de actividad esencial, centrada más que nada en limitar el ausentismo y los paros. Los problemas que nos afligen, sean los que sean, se resuelven atacando su raíz, hacerlo en sus manifestaciones los aplaca sin eliminarlos.

SAN LUIS. Julio 19 de 2023

ACERCA DE LAS PROPUESTAS EDUCATIVAS DE RODRÍGUEZ LARRETA * I

Días atrás, desde San Francisco del Monte de Oro (San Luis), el pre candidato a la Presidencia de la Nación, Horacio Rodríguez Larreta dio a conocer sus diez propuestas educativas.

En buena hora que un candidato dé a conocer sus ideas, especialmente en educación, como para que sean conocidas. Aquí las comento, tratando de resumir lo mucho que puede decirse de ellas.

1*Revolución educativa

Como marco general señaló que pondría en marcha una revolución educativa.

Usualmente se entiende como revolución a una acción violenta, con derramamiento de sangre. La mayoría de las revoluciones conocidas en el mundo así lo han sido.  Hay que dejar de lado esa visión. Una revolución es un cambio fundamental en lo socio-económico, tan rápido como se pueda, organizado, masivo, intenso; cambiando la lógica tradicional de los acontecimientos. Todo lo cual, hace que una revolución no esté a salvo de conflictos, rechazos, resistencias. Creo que hemos evolucionado lo suficiente como aspirar a una revolución no violenta.

La educación argentina, necesita un cambio fundamental en sus paradigmas, en cómo se la considera tanto desde las estructuras de gobierno, como desde la concepción que de ella tenga el pueblo argentino.

Coincido plenamente en que se necesita una revolución educativa en nuestra Patria.

Algo así expresé en mi nota REVOLUCIÓN EDUCATIVA PARA SAN LUIS, escrita en julio de 2011 cuyo link de acceso está al final.

2* Declararla servicio esencial

Se consideran servicios esenciales aquellos necesarios para el mantenimiento de las funciones sociales básicas: salud, energía, etc. Está legislado que estas actividades tienen algún límite en cuanto a sus medidas de fuerza, debiendo dejar siempre servicios mínimos que las sostengan.

Declarar a la educación como un servicio esencial, es una reacción ante la pérdida de días de clase por huelgas docentes. Hoy, 12 de julio, el Rector de la Universidad CEMA Dr. Zablotsky, también abona la idea de declararla servicio esencial en una nota publicada en LA NACION.

A su vez, la Academia Nacional de Educación, el 5 de junio, propone lo mismo en su declaración “ La Educación es una prioridad”. Pero no es lo mismo servicio esencial que prioridad. Este último es más amplio e importante.

Creo que un problema se ataca desde las causas, no desde los efectos. Por eso afirmo que lo de servicio esencial es insuficiente y erróneo.

Es insuficiente, porque mantener guardias mínimas en educación, a cargo de personal jerárquico, como pasa en otros servicios esenciales, no garantiza que los alumnos tengan clases, ni estén seguros; salvo que se la quiera reglamentar en otra forma.

Es erróneo porque se enfoca en los efectos de una medida de fuerza y no en las causas. Las causas de las huelgas docentes son, básicamente, los pésimos salarios que desde hace décadas percibe la docencia argentina.

También he sabido referirme a este tema en mi propuesta del Gran Acuerdo Nacional Educativo (GANE) en notas de 2015 y 2019, cuyos links agrego al final.

Sin una dignificación profesional, social y salarial de la docencia no será posible ninguna revolución educativa. No es una declaración demagógica, es conciencia de la fundamental importancia de la docencia, tal como ocurre en los países con más y mejor educación.

Los bajos sueldos expresan, a mi criterio, la baja concepción que tienen los gobiernos de la educación.

Reitero, el problema se ataca desde las causas, no desde los efectos.

El pasado lunes 10 de julio LA NACION editorializó en esta línea de pensamiento con este título “Docentes y médicos merecen una revaloración.”

Ningún gobierno que mantenga bajos salarios docentes, tendrá la autoridad moral como para proponer y concretar una revolución educativa.

Para eso debe legislarse declarando que educación y docencia son prioridades nacionales. Llevando en forma progresiva y sostenida a los sueldos docentes a ubicarse en el podio de los mejores del país.

3* Días de clase por año

Un país con tan bajos resultados en la evaluaciones nacionales e internacionales, en lectoescritura, comprensión lectora y matemáticas, necesita tener mucha educación. La cantidad de días con la menor cantidad posible de interrupciones es un factor importante.

Está bien proponer 180 o 190 días de clase, pero no es solo cuestión de cantidad, también debe garantizarse la calidad e intensidad en el trabajo áulico. Ecuación en la que intervienen muchos otros factores que deben atenderse en forma integrada.

4* Jornada extendida

La ley 26206 de Educación Nacional, dice en su Artículo 28: “Las escuelas primarias serán de jornada extendida o completa con la finalidad de asegurar el logro de los objetivos fijados para este nivel por la presente ley “. Esta ley es del año 2006, sin embargo, el cumplimiento de esta exigencia es mayormente entre nulo y bajo, pocas provincias han superado el 20% del alumnado de primaria. CABA y Córdoba están a la cabeza. Toda una dolorosa vergüenza, que expresa una vez más, el poco interés gubernamental por educar.

Extender la jornada es necesario, pero exige mucho en materia de personal, edificios, comedor, etc. Lo que no es sencillo.

La propuesta de Rodríguez Larreta centra esta extensión a los “chicos que estén por debajo de los conocimientos esperados para su edad”. Hay que tener en claro que esto puede generar la idea de discriminación. La jornada extendida debe alcanzar a todos por igual. Hay maneras de hacerlo.

El primer esfuerzo será sin lugar a dudas, solucionar las exigencias presupuestarias, edilicias y de personal. Pero hay que hacerlo.

5* Nuevo método de lectoescritura

Es un tema clave. Los evidentes malos resultados nos dicen, entre otras cosas, del fracaso de los métodos usados; lo que unido a que gran parte de la población adulta tiene escaso hábito y capacidad de lectoescritura, da como resultado lo que nos evidencian todas las evaluaciones que se practican en alumnos de primaria y secundaria. Que se nota también en las universidades.

Está creciendo la propuesta de la Dr. Borzone, con buenos resultados en Mendoza. En San Luis se están formando docentes, pero, según lo que trasciende, solo a los de escuelas generativas; lo que es, a mi juicio, una discriminación que favorece a la política de privatización encubierta que expresan estas escuelas.

Hay una propuesta de Argentinos para la Educación, a la que se han sumado varias provincias, para llevar adelante políticas que garanticen la comprensión lectora al finalizar el 3° grado. Excelente idea que no debe quedar solo en una firma, hay que apoyarla. Paralelamente debe lograrse que la lectoescritura se alcance  plenamente en el 1°grado, como en décadas atrás.

6* Enseñanza de Inglés

En la sociedad actual y tal como se prevé para el futuro, el dominio de otros idiomas será clave y el inglés es a todas luces, el más usado internacionalmente.

Pero no es lo mismo, proponerlo y concretarlo en los centros urbanos, que hacerlo en todo el sistema educativo nacional.

Quienes tengan el conocimiento necesario nos dirán de los cómo y cuándo.

7* Trabajar junto a los docentes para que tengan mejores herramientas y sean quienes lideren esta revolución.

Por cierto, que en toda política educativa el factor fundamental es la docencia. Mejores herramientas, no es solo incentivar el presentismo. Insisto en mi idea que esta profesión, formadora de todas las profesiones, sea dignificada profesional, social y económicamente.

En lo profesional, la mejor herramienta es la mejor formación. Con exigencias tanto para ingresar a los estudios específicos, como durante los mismos y en toda la vida activa profesional.

En lo social, la comunidad debe valorar este trabajo, respetar y acompañar la tarea de cada docente. La comunidad toda debe tener un mucho mayor promedio de educación recibida y ejercida.

En lo económico, ya está dicho y no dejaré de hacerlo, los salarios docentes deben ser de los mejores del país, dando más peso a la especialización que a la mera antigüedad.

Con docentes sin esta dignificación, no será posible una Revolución Educativa.

8*Evaluación Independiente

Hay evaluaciones por jurisdicción, nacionales e internacionales. Creo que son suficientes en cantidad. Siempre es posible mejorarlas garantizando precisión, objetividad, ecuanimidad. Por cierto, que los resultados deben conocerse en el ámbito de la escuela. Hacerlo públicos, puede dar lugar a competencias desagradables y que dañen lo que se procura hacer.

9* Prácticas profesionales al final de la secundaria

Una buena idea tal como estamos ahora, si bien nuevamente hay que precisar que no es lo mismo proponer estas prácticas en centros urbanos que hacerlo en pequeñas localidades o en el ámbito rural. 

El contacto con la sociedad, las prácticas de cualquier tipo, constituyen un concepto que debe incorporarse progresivamente en la currícula de todos los niveles.

10* Wi Fi en cada aula del país

Hay que estar muy atentos a lo que está ocurriendo en los países más adelantados en materia educativa, en lo concerniente a la reducción del uso de pantallas en la escuela.

Aprendamos de la experiencia de otros.

Que haya wi fi está bien, pero no para el uso masivo e intenso de la informática en el aula.

La educación es un fenómeno esencialmente humano, las herramientas ayudan, pero no reemplazan a la relación personal  docentes – alumnos. La experiencia de la pandemia con cuarentena es muy clara.

Hasta aquí un breve análisis de la propuesta de Rodríguez Larreta.

Habrá una segunda parte referida a lo que a mi criterio le falta.

SAN LUIS. Julio 12 de 3023

1* https://www.tochimoreno.com.ar/revolucion-educativa-para-san-luis/#more-492

2* https://www.tochimoreno.com.ar/una-propuesta-para-educacion/

3* https://www.tochimoreno.com.ar/gran-acuerdo-nacional-educativo-gane/

MÁS DE LO MISMO, MÁS DE LO DE SIEMPRE

Se conocieron los resultados de las pruebas Aprender 2021 que se tomaron en diciembre del año pasado, a más de 620.000 alumnos de sexto grado en más de 20.000 escuelas primarias de todo el país.

Hay muchas publicaciones que detallan las cifras que arrojó la evaluación de esas pruebas, por lo que en honor a la brevedad no repito. Cabe señalar tan solo que sus resultados han sido claramente inferiores a los de las mismas pruebas del año 2018. Especialmente negativos han sido los resultados en cuanto a lenguaje y comprensión de textos, lo que se constituye en un tremendo impedimento para cualquier actividad futura.

Estos malos resultados vienen de hace varios años y los revelan las evaluaciones argentinas, latinoamericanas y la de alcance mundial. Dejemos pues de criticar este tipo de pruebas, sus resultados a lo largo de tantos años coinciden en mostrar una clara tendencia negativa.

Una vez más, conocidos estos resultados surge la catarata de cruces acusatorios entre los funcionarios de este gobierno y del anterior. Acusaciones que ya hartan, porque carecen del menor atisbo de autocrítica.

Por cierto que estos últimos resultados están, además, influenciados por el impacto de la pandemia con una cuarentena tan prolongada; mientras la mayoría de los países mantuvieron la actividad escolar con los debidos controles, Argentina fue uno de los países con mayor cantidad de días con escuelas cerradas en el período 2020-2021. La pandemia explica una parte de estos últimos malos resultados; pero el mal viene de antes; la realidad de tantos malos resultados se refleja en la repitencia, el desgranamiento y la deserción escolar, en el mercado laboral, en el fracaso en los estudios superiores. También en la cantidad de adultos que transitaron por el mismo sistema educativo y que hoy no están en condiciones de ayudar a sus hijos, ni de transmitirles la importancia de la educación, mucho menos de darles ejemplo en la práctica del estudio, la lectura, la escritura, la curiosidad por conocer.  En una sociedad tan atosigada por los juegos electrónicos, los celulares, las redes sociales, la superficialidad, el chismerío y la tontera difundidas de tantas formas; la educación es vista por la niñez y la juventud como algo de menor valía.

La decadencia en educación está íntimamente relacionada con la decadencia social, es duro decirlo, pero necesario porque si nos engañamos en el diagnóstico nunca acertaremos en la solución.

Los resultados de Aprender 2021, no deben ser achacados solo a este gobierno nacional, ni al anterior, como tanto les gusta acusarse entre sí a sus respectivos partidarios.

La culpa o responsabilidad es de la dirigencia política argentina. No contamos con una política de estado para educación. Escuchamos repetidamente de candidatos y funcionarios “queremos una educación de calidad”, sin que la sepan definir ni explicar, mucho menos decir cómo concretarán esa idea.

La Nación se desprendió de la educación secundaria en la dictadura de Onganía y de la primaria con Menem; en ambos casos sin planificación ni acuerdos ni las debidas partidas presupuestarias. Aquí, en San Luis, sufrimos hace décadas una progresiva privatización encubierta de la educación pública, con escuelas sostenidas con aportes estatales “por cápita” que están constituyendo en la mayoría un verdadero negocio lucrativo.

Así “liberados” de esas responsabilidades los sucesivos gobiernos nacionales nunca se dedicaron a generar, insisto, una política de estado que se cumpla a lo largo de décadas hasta lograr la educación que Argentina merece.

Alfonsín convocó a un Congreso Pedagógico que se convirtió en una pelea ideológica y cuyas tardías conclusiones pasaron prontamente al olvido sin transformarse en leyes. Menem hizo una reforma por ley, que tuvo poca vida y menos resultados. Kirchner logró sancionar leyes que despertaron entusiasmo, pero de escaso cumplimiento.

Una política de estado en educación no debe ocuparse sólo de lo material, sino fundamental e inicialmente de la dignificación social y salarial de la docencia, junto con una formación más exigente y profunda. Para lo cual el estado nacional debe asumir muchas más responsabilidades en educación, para garantizar equidad, financiar y auditar las acciones. La actual decadencia educativa argentina no puede tener al gobierno nacional como un actor secundario.  El Consejo Federal de Educación debe tener funciones más ejecutivas de planificación y evaluación de calidad.

Prevalece en educación, y cada vez más, el cortoplacismo lo que se explica por el tiempo que necesitan los cambios en educación para alcanzar buenos resultados. Tiempo que siempre es mayor a los dos años que transcurren entre una elección y otra, lo que hace que las políticas educativas se centralicen más que nada en lo material, construir escuelas, repartir computadoras, etc., porque se puedan mostrar en una campaña electoral, lo que explica los edificios que se inauguran varias veces. No se puede olvidar ni por asomo, el festival de medidas demagógicas y facilistas en la aprobación de estudios.  promoción de grados y cursos y planes de terminalidad educativa que mejoran estadísticas gubernamentales, pero no la educación de los “beneficiarios”.

No me caben dudas, la culpa de la situación educativa argentina es de toda nuestra dirigencia política, el menos insisto, desde 1966 a la fecha. Ya sea por inacción surgida de la politiquería, de la ignorancia o de la sumatoria de ambas; o por falta de convicciones y energía suficiente para enfrentar la realidad. Por falta de amor al prójimo y a la Patria.

Se impone con urgencia, una convocatoria, un encuentro de la dirigencia política republicana y honesta para planificar, junto con los poseedores del conocimiento educativo, para planificar el futuro inmediato y mediato. Una política de estado, reitero, que abarque no menos de 20 años hasta llegar a dónde debemos estar en educación.

No nos aferremos a la esperanza de un milagro que obre ese cambio. Hay que insistir desde abajo, desde la argentinidad postergada   y discriminada por gobiernos que cacarean respeto a nuestros derechos, mientras nos los ofrecen de la más baja calidad y cantidad que les es posible.

Martín Fierro nos dice que “…el fuego pa’ calentar ha de ir siempre por abajo”.

Muchos sabios han dicho que “ si seguimos haciendo siempre lo mismo, no podemos esperar resultados distintos.”

No esperemos que otros, en otro momento y lugar hagan ese cambio, empujémoslo, exijámoslo cambiando nosotros.

Se trata nada más y nada menos que del futuro de nuestras generaciones, que así como va nuestra educación, pinta muy mal.

SAN LUIS. Junio 28 de 2022.

UNA DEUDA DE LA DEMOCRACIA

Tras 37 años de esta nueva etapa democrática en nuestra patria, vemos no sin dolor, que en educación no hemos tenido los avances necesarios y deseados. Más aún, vemos que muchos países hermanos de América han mejorado sus indicadores educativos, mientras que nosotros hemos caído al punto de perder el liderazgo educativo en Latinoamérica que supimos ostentar.

Cuando hablo de indicadores que muestran la realidad educativa de los países, me baso en los resultados de las muchas evaluaciones que se hacen,  provinciales, nacionales, latinoamericanas y mundiales. En todas ellas hemos caído en el ranking de resultados por especialidades y globales; mientras que la mayoría de los países americanos evaluados junto con nosotros, han mejorado su posición.

Hay muchas críticas y rechazos a estas evaluaciones, pero  no tienen en cuenta, la notable coincidencia en los resultados de todas ellas.

Además, ya sabemos, tanto por lo que se dice en el mercado laboral y lo que ocurre en las universidades,  que gran parte de nuestros egresados de secundaria tienen gran déficit en el manejo del lenguaje  oral y escrito, en la comprensión de textos y en resolución de cuestiones matemáticas elementales. Ejemplo de esto, son los cursos que las universidades dan desde hace años, para suplir las carencias de la educación secundaria.

En esta nueva etapa democrática, se han puesto en marcha intentos de reformar nuestro sistema educativo ya sea a través de dos leyes nacionales,  con Menem una,  con Kirchner otra. Hubo cambios de la estructura y nombre de los niveles, curriculares, leyes de financiación, cambios de contenidos, etc. Incluso se incumplieron medidas fijadas por ley, sin ninguna consecuencia para las autoridades. Ninguno logró los objetivos anunciados, no hemos tenido buenos resultados, seguimos cayendo.

¿Qué hay o qué veo en esta caída?

Nuestra educación  es también víctima  de ese proceso sociológico definido como  sociedad líquida; idea del polaco Baumann, que afirma  que los valores sobre los que se edificó la sociedad humana, han perdido su solidez, su firmeza, licuándose. Como los líquidos adquieren la forma que lo contiene, así la educación ha dejado de ser una cuestión nacional, para adoptar las ideas y formas que conviene a las distintas expresiones políticas. Algunas decididamente contrarias a formas republicanas y democráticas, como las variedades marxistas, anarquistas, hoy infiltradas en el denominado populismo de gobiernos, gremios, etc.

No se ve en el horizonte que haya una intención de asumir políticas educativas de largo plazo acordadas con todas las expresiones políticas, sociales, gremiales, académicas, etc. Cada sector pretende imponer a la totalidad de los argentinos sus ideas, mostrando la poca o nada vocación de sólida unidad nacional.

Por cierto, que esta situación no es solo responsabilidad de los gobiernos democráticos, las dos últimas dictaduras tienen mucho que ver con esto. Si señalo estos últimos 37 años, es porque la democracia tan anhelada está fracasando en materia educativa. No ha sabido superar el daño hecho por esas dictaduras, ni ha sabido adecuarse al veloz crecimiento del mundo en las ciencias, la investigación, la formación de recursos humanos, la generación de nuevos y más empleos.

Necesitamos políticas educativas integrales a corto, mediano y largo plazo. No necesitamos del partidismo político demagógico que prácticamente obliga a aprobar alumnos nivelando para abajo, multiplica las previas, aliviana los exámenes, es permiso en inasistencias y conducta, quita la autoridad docente, etc.

Otro grave daño que se le hace a los jóvenes, son los planes de terminalidad educativa, en los cuales se hacen primaria y secundaria en pocos años, con una superficialidad académica que no vacilo en decir que son violaciones al derecho de estudiar. La obtención de un lindo cartón que certifica estudios, no asegura el logro de los conocimientos mínimos que el momento exige. Son pura demagogia que también sirve para dibujar falsas estadísticas exitosas.

Paralelamente y a falta de generación de empleo seguro, se inunda al país con planes asistenciales cuya poca capacidad productiva es tan grande como el clientelismo político que generan.

A consecuencia de este resumen de desaguisados, tenemos hoy el quebranto educativo, la pérdida del respeto y cariño que la sociedad argentina le supo tener a la educación como generadora de ascenso social.

No hay que ir muy lejos para determinar responsabilidades.

Es la dirigencia argentina en todos los campos, especialmente en la política – gubernamental,

Nos hablan mucho del futuro, pero en su accionar nos demuestran que el futuro para ellos son las próximas elecciones. Para ganar poder, para asegurarlo, para incrementarlo o para lograr impunidad, etc.

Por cierto, que hay personas, grupos, que levantan sus voces para construir el futuro en la misma línea en que avanzan otros países. Pero sin lograr ni a legislar ni a gobernar.

Porque en esta sociedad líquida, la política de baja calidad y el facilismo populista que nos rige, sólo piensa en ganar elecciones a como sea.

En este marco, la educación no es prioritaria ni esencial para la agenda política, ni para las aspiraciones de crecimiento cultural y  socio económico de los argentinos.

Lamentablemente, la mayoría de los medios de comunicación, el periodismo,  no le dan a la educación la importancia que tiene; salvo cuando hay algo grave, truculento preferentemente, como para lograr más audiencias o ventas. Muchos temas son seguidos por semanas, meses; nunca pasa eso con la destrucción de nuestra educación.

En nuestro sistema educativo perduran aún características de otras épocas: la formación docente; el régimen laboral; una administración reñida con una gestión moderna, siendo una burocracia lenta, pesada, ineficaz  y cara;  el esquema de materias; las calificaciones y cómo se usan;  el sistema de exámenes y de materias previas;  designaciones tardías;  horarios rígidos;  profesores taxis,  etc.

Sin olvidar, por cierto, el desinterés gubernamental para mejorar sustancialmente las pésimas remuneraciones docentes y la negación por darle a la educación el carácter de esencialidad que le corresponde.

Además, en los bajos sueldos se le da un valor exagerado a la antigüedad, dejando de lado, la especialización, logros académicos o de investigación y renovación en su trabajo. Buena parte de las capacitaciones son cursos  que se ofrecen sin planificación y en demasiadas ocasiones de dudosa calidad y actualidad académica.

Los cambios que se han efectuado en algunas provincias, no han sido de fondo, no suelen ser duraderos por lo que  dejan el amargo sabor de las frustraciones.

Así, la educación está en un círculo vicioso, que no logran romper las pocas excepciones.

Es duro y triste describir esta realidad. Pero así debe ser, ya que para superar cualquier problema debemos tener un diagnóstico claro, sin tapujos, sin auto engaños. Esta realidad es muy notoria, solo no la ven – o no quieren verla – las autoridades responsables. Allá ellos y sus negaciones.

Volviendo al inicio, esta etapa de nuestra vida democrática, del 83 hasta hoy, fracasa en lo educativo. Atrás del crecimiento de muchos países está encontramos siempre una educación poderosa, prioritaria para todos, exigente, bien paga. Lo que demuestra que se sabe que las riquezas nacionales están en el conocimiento de sus habitantes.

Si tantos lo han hecho y lo hacen, nosotros también podemos hacerlo.  Debemos construir esa esperanza exigiendo y exigiéndonos mucho.  Exigirnos mutuamente entre gobernantes, legisladores, directivos, docentes, sociedad, familia, estudiantes.

La educación no es un juego, no es diversión, no es superficial. Es una responsabilidad de todos. Es la base fundamental del futuro.

No lo estamos viviendo así, si desde las autoridades responsables no hay respuestas, somos los ciudadanos los que debemos instalar en la agenda política nacional la prioridad educativa.

Para cerrar, el fracaso en educación que  señalo y  acuso a esta etapa democrática de Argentina, es que tras tantos años, gobiernos y promesa, nuestro sistema educativo es de exclusión, pese a tanta alharaca de políticas inclusivas que de nada han servido, excepto para aumentar el clientelismo político electoral.

“Más Dios ha de permitir /Que esto llegue a mejorar/  Pero se ha de recordar/  Para hacer bien el trabajo/ Que el fuego, pa’ calentar/ Debe ir siempre por abajo».

Aprendamos del Martín Fierro y exijamos firmemente a nuestros gobiernos democráticos que hagan lo que deben hacer, EDUCAR AL SOBERANO  y  no hacer como que educan.

Necesitamos la mayor y mejor educación. No nos callemos, no nos crucemos de brazos. Porque estamos perdiendo el tren del futuro.

SAN LUIS. Febrero 22 de 2021

Esta nota fue escrita a partir de lo expresado en el día de la fecha en la columna educativa incluida en el programa LA MARCHA DE LAS NOTICIAS que conduce Elisa Sosa por Radio Dimensión de la ciudad de San Luis.