MÁS DE LO MISMO, MÁS DE LO DE SIEMPRE

Se conocieron los resultados de las pruebas Aprender 2021 que se tomaron en diciembre del año pasado, a más de 620.000 alumnos de sexto grado en más de 20.000 escuelas primarias de todo el país.

Hay muchas publicaciones que detallan las cifras que arrojó la evaluación de esas pruebas, por lo que en honor a la brevedad no repito. Cabe señalar tan solo que sus resultados han sido claramente inferiores a los de las mismas pruebas del año 2018. Especialmente negativos han sido los resultados en cuanto a lenguaje y comprensión de textos, lo que se constituye en un tremendo impedimento para cualquier actividad futura.

Estos malos resultados vienen de hace varios años y los revelan las evaluaciones argentinas, latinoamericanas y la de alcance mundial. Dejemos pues de criticar este tipo de pruebas, sus resultados a lo largo de tantos años coinciden en mostrar una clara tendencia negativa.

Una vez más, conocidos estos resultados surge la catarata de cruces acusatorios entre los funcionarios de este gobierno y del anterior. Acusaciones que ya hartan, porque carecen del menor atisbo de autocrítica.

Por cierto que estos últimos resultados están, además, influenciados por el impacto de la pandemia con una cuarentena tan prolongada; mientras la mayoría de los países mantuvieron la actividad escolar con los debidos controles, Argentina fue uno de los países con mayor cantidad de días con escuelas cerradas en el período 2020-2021. La pandemia explica una parte de estos últimos malos resultados; pero el mal viene de antes; la realidad de tantos malos resultados se refleja en la repitencia, el desgranamiento y la deserción escolar, en el mercado laboral, en el fracaso en los estudios superiores. También en la cantidad de adultos que transitaron por el mismo sistema educativo y que hoy no están en condiciones de ayudar a sus hijos, ni de transmitirles la importancia de la educación, mucho menos de darles ejemplo en la práctica del estudio, la lectura, la escritura, la curiosidad por conocer.  En una sociedad tan atosigada por los juegos electrónicos, los celulares, las redes sociales, la superficialidad, el chismerío y la tontera difundidas de tantas formas; la educación es vista por la niñez y la juventud como algo de menor valía.

La decadencia en educación está íntimamente relacionada con la decadencia social, es duro decirlo, pero necesario porque si nos engañamos en el diagnóstico nunca acertaremos en la solución.

Los resultados de Aprender 2021, no deben ser achacados solo a este gobierno nacional, ni al anterior, como tanto les gusta acusarse entre sí a sus respectivos partidarios.

La culpa o responsabilidad es de la dirigencia política argentina. No contamos con una política de estado para educación. Escuchamos repetidamente de candidatos y funcionarios “queremos una educación de calidad”, sin que la sepan definir ni explicar, mucho menos decir cómo concretarán esa idea.

La Nación se desprendió de la educación secundaria en la dictadura de Onganía y de la primaria con Menem; en ambos casos sin planificación ni acuerdos ni las debidas partidas presupuestarias. Aquí, en San Luis, sufrimos hace décadas una progresiva privatización encubierta de la educación pública, con escuelas sostenidas con aportes estatales “por cápita” que están constituyendo en la mayoría un verdadero negocio lucrativo.

Así “liberados” de esas responsabilidades los sucesivos gobiernos nacionales nunca se dedicaron a generar, insisto, una política de estado que se cumpla a lo largo de décadas hasta lograr la educación que Argentina merece.

Alfonsín convocó a un Congreso Pedagógico que se convirtió en una pelea ideológica y cuyas tardías conclusiones pasaron prontamente al olvido sin transformarse en leyes. Menem hizo una reforma por ley, que tuvo poca vida y menos resultados. Kirchner logró sancionar leyes que despertaron entusiasmo, pero de escaso cumplimiento.

Una política de estado en educación no debe ocuparse sólo de lo material, sino fundamental e inicialmente de la dignificación social y salarial de la docencia, junto con una formación más exigente y profunda. Para lo cual el estado nacional debe asumir muchas más responsabilidades en educación, para garantizar equidad, financiar y auditar las acciones. La actual decadencia educativa argentina no puede tener al gobierno nacional como un actor secundario.  El Consejo Federal de Educación debe tener funciones más ejecutivas de planificación y evaluación de calidad.

Prevalece en educación, y cada vez más, el cortoplacismo lo que se explica por el tiempo que necesitan los cambios en educación para alcanzar buenos resultados. Tiempo que siempre es mayor a los dos años que transcurren entre una elección y otra, lo que hace que las políticas educativas se centralicen más que nada en lo material, construir escuelas, repartir computadoras, etc., porque se puedan mostrar en una campaña electoral, lo que explica los edificios que se inauguran varias veces. No se puede olvidar ni por asomo, el festival de medidas demagógicas y facilistas en la aprobación de estudios.  promoción de grados y cursos y planes de terminalidad educativa que mejoran estadísticas gubernamentales, pero no la educación de los “beneficiarios”.

No me caben dudas, la culpa de la situación educativa argentina es de toda nuestra dirigencia política, el menos insisto, desde 1966 a la fecha. Ya sea por inacción surgida de la politiquería, de la ignorancia o de la sumatoria de ambas; o por falta de convicciones y energía suficiente para enfrentar la realidad. Por falta de amor al prójimo y a la Patria.

Se impone con urgencia, una convocatoria, un encuentro de la dirigencia política republicana y honesta para planificar, junto con los poseedores del conocimiento educativo, para planificar el futuro inmediato y mediato. Una política de estado, reitero, que abarque no menos de 20 años hasta llegar a dónde debemos estar en educación.

No nos aferremos a la esperanza de un milagro que obre ese cambio. Hay que insistir desde abajo, desde la argentinidad postergada   y discriminada por gobiernos que cacarean respeto a nuestros derechos, mientras nos los ofrecen de la más baja calidad y cantidad que les es posible.

Martín Fierro nos dice que “…el fuego pa’ calentar ha de ir siempre por abajo”.

Muchos sabios han dicho que “ si seguimos haciendo siempre lo mismo, no podemos esperar resultados distintos.”

No esperemos que otros, en otro momento y lugar hagan ese cambio, empujémoslo, exijámoslo cambiando nosotros.

Se trata nada más y nada menos que del futuro de nuestras generaciones, que así como va nuestra educación, pinta muy mal.

SAN LUIS. Junio 28 de 2022.

EL PERSONALISMO EN LAS INSTITUCIONES PÚBLICAS

Nueva Editorial Universitaria. UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN LUIS – San Luis. 2022

Este libro es el resultado del trabajo de un grupo de investigación de la Universidad Nacional de San Luis (PROICO 04-1418), que desarrolla su tarea en torno a un fenómeno que afecta a nuestras instituciones: el personalismo. 

Está integrado por una serie de trabajos compilados por los docentes investigadores. Carlos Mazzolla y Fernando Rodríguez. Incluye un capítulo (desde página 141) del responsable de esta web.

Se encara al personalismo, no desde lo filosófico, sino desde  una concepción más  sombría, asociada al caudillismo, cesarismo y pretorianismo, todas situaciones en las que el poder político se concentra en una persona.   

DE LA BOLETA ÚNICA

La Cámara de Diputados de la Nación dio ayer media sanción al proyecto de la oposición que busca instaurar la Boleta Única en las elecciones nacionales.

Es, por lejos, la mejor forma electoral para reemplazar al actual y muy vetusto sistema de impresión de boletas por cada partido; sistema que prácticamente ha desaparecido del mundo moderno.

Falta ahora la media sanción del Senado, lo que no es fácil de lograr por la tenaz oposición del kirchnerismo, sabedor que la Boleta Única le da un fuerte golpe al clientelismo político – electoral que practica y que vehiculiza a través de las boletas sábanas vigentes.

La Boleta Única ya está vigente en algunas provincias argentinas mostrando sus claras ventajas sobre lo viejo. Ventajas que incluyen, por cierto, el gran ahorro en pesos y daño ambiental sobre lo que significa la práctica usual de imprimir y distribuir votos en una cantidad hasta cuatro veces mayor al número de electores.

La Boleta Única en urnas separadas identificadas por color según  jurisdicción o cargos, permite también realizar las elecciones nacionales, provinciales y municipales en un solo día, afianzando las autonomías provincial y municipal, y sumando otros ahorros presupuestarios para el Estado y partidos políticos.

Hace mucho que se viene hablando de la Boleta Única, ojalá se logre pronto.

De lograrse en lo nacional, habrá que bregar para que rijan también en lo provincial y municipal.

Entre las propuestas que se fueron presentando, me permito señalar las que presenté desde mi web. Fueron tres que no recibieron ni atención ni comentarios desde la política provincial. Fue también escasa la repercusión en la prensa. Por lo que quedaron en el olvido.

No es alarde, pero me alegro de haber acertado hace tantos años.

AQUÍ ESTÁN:

La primera versión de abril de 2003:

Versión ampliada de marzo de 2015:

Esta la última versión de abril de 2015 :  https://www.tochimoreno.com.ar/y-las-convocatorias/#more-1281

SAN LUIS. Junio 9 de 2020.