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LA EDUCACIÓN COMO ESENCIAL

Los trabajos esenciales están definidos   por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) como aquellos que son cruciales para el funcionamiento de la sociedad, de la economía y de la seguridad de las personas en situaciones de conflictos.

A partir de ese concepto, la OIT identifica como trabajos esenciales a los de la salud, el transporte, la seguridad, las comunicaciones y los sistemas alimentarios. Para lo cual propone una limitación al derecho de huelga en esas actividades.

Ha definido asimismo, que la educación no es un trabajo esencial;  ocupándose  más por la seguridad y lo material. Lo humanístico, como la educación, lo deja de lado. No es que lo apruebe,  es la realidad.

Cabe recordar que la postura de la OIT respecto a la educación, ha sido expuesta siempre en las reacciones gremiales cuando se quiere declarar o se ha declarado a la educación como trabajo esencial.

El presidente Milei a 45 días de asumir, promulgó el Decreto 70/2023, el que entre sus más de 600 artículos incluía la declaración de trabajo esencial a la educación.  Buena parte de ese decreto fue anulado por la justicia. Pero en el día de ayer se conoció el Decreto 340/2025, con el que retoma esa idea del inicio de su mandato y entre otros varios temas, incluye nuevamente a la educación como esencial. Veamos qué significa.

La esencialidad laboral obliga a que en caso de conflicto gremial se garantice el funcionamiento de entre 50 y 75% de la actividad específica.

Es muy cierto que las huelgas en el ámbito educativo significan un serio daño a la sociedad presente y futura; sin olvidar el impacto negativo en la vida familiar, especialmente en el caso de las familias de niños de corta edad.

Por otro lado cabe pensar ¿qué puede pasar en escuelas en las que el 100% de los alumnos tengan el 50 o 75% de sus docentes? ¿Cómo se organizan esas actividades en cada uno de los niveles, en zonas rurales? ¿Cómo se garantiza la seguridad del alumnado? No parece que las autoridades hayan pensado en eso. El mensaje parece ser un ¡mando eso y arréglenselas.!

Una vez más recordaré el Artículo 3 de la ley 26206 que dice:

 La educación es una prioridad nacional y se constituye en política de Estado para construir una sociedad justa, reafirmar la soberanía e identidad nacional, profundizar el ejercicio de la ciudadanía democrática, respetar los derechos humanos y libertades fundamentales y fortalecer el desarrollo económico-social de la Nación.

Es bueno recordarlo, porque desde su sanción en el 2006 no se cumple lo de prioridad nacional y muy poco casi nada, lo de política de estado. Parece que los gobernantes no lo han leído y quienes lo aprobaron, lo olvidaron.

Si tenemos lo de prioridad nacional y se habla de esencialidad, entiendo que no debe limitarse el derecho de huelga, sino eliminar las causas que las originan. Los problemas se resuelven desde las causas, no desde las consecuencias.

Lo que no significa otra cosa que los trabajadores de la educación deben tener los salarios que una actividad prioritaria y esencial merecen.

Eso no ocurre porque es más que evidente, triste y lamentablemente evidente, que a nuestros gobiernos no les interesa garantizar la mucha y buena educación que el país necesita. Hablan de querer educación de calidad, pero ni la definen, ni dicen cómo se llega a ella.  Es solo una muletilla electoral.

Si la educación es prioritaria y humanamente esencial, la docencia debe ser prioritaria nacional, tanto en su formación como en su actividad profesional. Para ello debe ser notoriamente mejor remunerada, así lo merecen los docentes y el país, porque laboralmente pueden desaparecen muchos obstáculos surgidos de las pobres condiciones laborales existentes. Así también, los gobiernos tendrán la autoridad moral para exigirles todo lo bueno que pueden y deben dar y que el país necesita.

No creo que estas ideas sean tan difíciles de entender, lo que parece más difícil es que se piense y se actúe intensamente en pro del Bien Común.

SAN LUIS. Mayo 21 de 2025

EL PACTO DE MAYO Y LA EDUCACIÓN

En su discurso del 1 de marzo ante la Asamblea Legislativa, el Presidente Milei convocó a la firma de lo que denomina Pacto de Mayo. Se trata de diez bases de su acción de gobierno para la Argentina del futuro. La convocatoria se dirigió en ese momento a los gobernantes de provincias y CABA, los que deben comprometerse a cumplir esos objetivos.

No nombro estos objetivos ya que están ampliamente difundidos. Solo intento formular algunas consideraciones generales y, al menos, señalar una carencia.

Acerca del pacto y sus alcances

Un pacto está definido en nuestro idioma como” concierto o tratado entre dos o más partes que se comprometen a cumplir lo estipulado”. Acordar entre partes, no significa que una de ellas impone sus ideas.  Milei invita a los gobernadores a firmar, no a acordar. Está visto y comprobado, el Presidente, no es de dialogar con quienes no piensan como él. Actúa como el dueño único de la verdad. Un dato de autoritarismo.

Ante algunas reticencias a participar de este pacto, comenzó a decirse que no se firmaría ya con los gobernadores, sino con el pueblo; sin precisar cómo se lograría algo así.

En esa misma línea, el vocero presidencial, Adorni, dijo “El pacto de mayo no es para generar consensos entre políticos sino para garantizar el bien de los argentinos. Nos preocupa que para algunos sigue imperando el dogmatismo ideológico por sobre el interés general”.  Adorni ve dogmatismo en otros, no en sí mismo.

¿Cómo se puede concretar un pacto de gobierno, sin generar consensos políticos que permitan convertir objetivos en leyes? ¿Aspirará el Presidente a algo así como la suma del poder político?  Algo de esto nos hace pensar la discutida “Ley Bases” en lo concerniente a la delegación de facultades del Legislativo al Ejecutivo.

Todo lo cual, me permite afirmar que hay más imposición que pacto.

Además, tal como se lo presenta, no garantiza las formas en que cada objetivo se concretará. No es poca cosa marcar algo así, ya que “el fin no justifica los medios”.  Digo esto a partir de la definición ideológica que Milei da de sí mismo: anarco capitalista. Dos ideas con mucho de extremismo

Acerca de la educación

Conocida la propuesta, muchas voces, personales e institucionales, vienen reclamando que se incluya en él a la educación.

Milei ha dicho que este pacto es “esencialmente económico”. Me pregunto, ¿la economía y su crecimiento, surgen por generación espontánea o son fruto de la educación de la sociedad?

La educación es, quizás, la mayor deuda de la política argentina, desde hace varias décadas. Nuestros gobiernos vienen eludiendo darle la importancia vital que tiene. Estadísticas y evaluaciones nacionales e internacionales avalan esta afirmación.

Es evidente también, el incumplimiento de mandas constitucionales y de leyes referidas a educación.

Cuando digo de normas constitucionales, me refiero especialmente a los tratados internacionales firmados por Argentina y que la reforma constitucional de 1994 incorporó a nuestra Constitución.

Todo político, más aún un presidente, debe conocer que ese marco constitucional, por ejemplo, promueve y garantiza la gratuidad de la educación en todos los niveles.

Cuando digo de leyes, señalo de cómo se incumple (se viola) la ley de educación nacional, 26206, en cuanto a jornada extendida o completa, 6% del PBI para educación, etc. Incumplimiento flagrante ante la inacción y silencio de gobernantes, legisladores, medios de comunicación y dirigencia político-gremial.

Más allá del marco legal muy resumido, está la evidencia real y concreta de lo que significa la mucha y buena educación para la humanidad.

La historia nos cuenta de cómo muchas naciones han superado desastres bélicos y crisis socio – económicas, apostando a la mayor cantidad y mejor calidad de su educación, para ubicarse así entre las naciones más económicamente fuertes y con mejor calidad de vida de sus ciudadanos. Están los ejemplos de Japón, Alemania, Finlandia, Corea del Sur, Finlandia, Singapur, entre otros. Más cerca, en nuestra América, Uruguay, Chile, Perú. Bolivia, Ecuador; nos han superado en los resultados de las evaluaciones internacionales que se aplican periódicamente.

Muchos gobernantes nos han dicho que la verdadera riqueza de los países está en el conocimiento de sus habitantes, al tiempo que son incapaces poner en marcha políticas que concreten sus dichos. No se avanza mucho más allá de la propuesta electoral, prevaleciendo una berreta demagogia educacional.  La educación argentina se ha convertido en variable de ajuste para otros objetivos.

Nadie, mucho menos los gobernantes, pueden ignorar la importancia de la educación.

Si Milei apuesta al crecimiento económico, ¿cómo cree lograrlo sin los profesionales y técnicos que provee la educación? ¿Cómo cree mejorar la vida política, superar la casta, sin la formación humanística que garantice el amor al prójimo y el respeto a las leyes?

Nuestros gobernantes, al programar su acción de gobierno, debieran tener presente lo dicho por Sarmiento: “Todos nuestros problemas, son problemas de educación”.

Por todo esto, la inclusión debe ser incluida en el pacto de mayo o de cuando se concrete, si se da el imprescindible acuerdo.  Nada de lo que se proponga podrá alcanzarse sin contar con una educación acorde con sus ambiciosas metas materiales. La educación es primero.

No incluirla en el pacto que propone el Presidente Milei, es más de lo mismo de siempre. Más casta.

San Luis. Mayo 20 de 2024

ACERCA DE LAS PROPUESTAS EDUCATIVAS DE RODRÍGUEZ LARRETA * II

Es ésta mi segunda nota acerca de las propuestas educativas que Rodríguez Larreta anunció días atrás en San Luis. Vaya primero una aclaración con disculpas.  La nota anterior destacaba las 10 propuestas anunciadas y así reflejadas en medios nacionales y provinciales.Pero en la web del pre candidato a Presidente de la Nación, veo que las propuestas son once, todas ellas englobadas en el concepto de revolución educativa. ¿Esta diferencia será una mala jugada de la memoria del candidato o todo el periodismo escuchó mal?

Lo importante es que hasta el momento Rodríguez Larreta es el único candidato que ha presentado y explicado, brevemente, un programa para educación.  Grabois ha incluido en su web un listado de acciones englobados en tres ítems, sin ampliación alguna. Milei habló de los vouchers y de una educación no obligatoria; callarse habría sido mejor para él. Del resto de los pre candidatos no encuentro propuestas. Hace ya más de 10 años que insisto en esto de proponer una política educativa para Argentina, de ahí estos análisis y comentarios.

Parto desde mi convencimiento que la decadencia actual de nuestra educación argentina es responsabilidad de muchos gobiernos nacionales y provinciales. A lo largo de los años la política se ha embebido de cortoplacismo, de la acumulación de poder y riqueza y de ganar las próximas elecciones. Con esa visión de país, no hay forma alguna de crecimiento sostenido, de dignificar al país todo. Ese es el origen de este dura y triste realidad nuestra.

Yendo al terreno educativo y de lo que se nos propone en esta campaña electoral, afirmo que una revolución educativa no se logra por medidas aisladas, sino una política de estado que tenga una visión integral y sustancialmente distinta de la educación para siempre.

Un cambio así de integral, es una revolución educativa, idea que rescato y aplaudo. Así lo expresé allá por 2011. No digo que las medidas que se prometen sean inútiles, sino que son parches dentro de lo mismo de siempre. Son necesarias, pueden llegar a mejorar el panorama, pero no a resolverlo. Parches no son un cambio profundo y sustancial. Debemos cambiar el punto de vista y de ataque, cambiar la lógica de los acontecimientos de una problemática tan amplia y tan delicada como la educación.

El nudo del problema es político. Argentina carece de una política de estado que privilegie a la educación como la generadora de todas las profesiones y todos los trabajos. Un pueblo sin toda la educación que es capaz de recibir, es más fácil de controlar y manejar para quienes hacen de la política no un servicio, sino un “modus vivendi.”

La buena y correcta idea de una revolución educativa es la que debe movilizarnos de aquí en más. Se llegará a ella con diálogo y consensos, con república, democracia, honestidad, ética, trabajo, sin violencia alguna. Hay mucho que hacer y muchos obstáculos por superar, eso se logra acudiendo a los mejores valores de vida. El gran cambio que desde tanto tiempo se reclama sin lograrlo, es una nueva forma de sentir, pensar y concretar la política. Veamos.

Prioridad educativa: Una nueva política debe generar políticas de estado a realizarse a lo largo de muchos años, por todos los gobiernos que se sucedan.  La primera acción de una política de estado en educación es declararla como prioridad fundante de la Nación. Así lo han hecho, y siguen haciéndolo, varios países que debemos mirar con atención. Una prioridad así deberá traducirse en una ley consensuada con las distintas expresiones partidarias, academias científicas, universidades, etc. A esto le he llamado Gran Acuerdo Nacional Educativo o GANE.

Esa prioridad, incluye varios aspectos: gubernamental, económico, social, profesional y técnico. El orden en que están mencionados no implica importancia, deben encararse todos juntos, siempre. Gubernamental: El gobierno nacional y las jurisdicciones deben asumir que esta prioridad educativa, es la base para crear y sostener el crecimiento material y humano. Sin mucha y buena educación, nuestro país irá siempre atrás de aquellos que sí la tienen porque han entendido cuál es la prioridad de todos los países y sociedades.La legislación debe incluir muchas más responsabilidades que las actuales a la nación; hay que superar aquel error de transferir todas las escuelas a las provincias, sin preparación, sin planificación, sin presupuestos y con todos los problemas.

Económico: el presupuesto debe satisfacer las demandas de todas las acciones que se pongan en práctica. Esa será la mayor y mejor inversión nacional. Por cierto que ha de hacerse en forma progresiva habida cuenta de la grave realidad económica actual. La actual legislación establece un 6% del PBI para educación. Poco se lo ha cumplido, siempre escondiendo la realidad o inventando ridículas razones. Complicidad de legisladores que aprueban los presupuestos y de los gobernadores que callan a cambio de algún otro favor. La educación termina siendo la Cenicienta del presupuesto.

Social:  También la sociedad debe priorizar la educación, valorándola y convirtiéndose en apoyo, crítica y exigencia a la política, a los docentes, a sus jóvenes generaciones. La tan mentada pauta publicitaria de los gobiernos para propaganda política o personal, debe orientarse a campañas educativas para fortalecer las acciones en marcha y poner a la educación en el podio del interés nacional. Los medios de comunicación, deberán convertirse en portadores de estas prioridades y de un ámbito cultural – educativo alejado de la superficialidad, la grosería y la chabacanería que campea hoy en la mayoría de ellos.

Por último, la familia no puede abandonar ni aflojar en su responsabilidad de primera educadora. Todo el país una escuela, cada casa un aula.

Lo profesional: La prioridad educativa, debe acompañarse de priorizar la profesión docente. Porque si se aspira a una revolución educativa, se necesitan actores militantes de esa tarea en el frente del ataque a los problemas existentes. Esos actores, esos gestores claves son los docentes. Si ellos no están convencidos y provistos de lo necesario, no tendrá lugar el gran cambio. También tiene varios componentes. El primero, es una Reparación Histórica del salario docente. Será política de estado llevar a la docencia, en forma progresiva y persistente, al podio de las profesiones mejor pagas del país. No es demagogia, es lo que nos dice la experiencia mundial. Gran parte del ausentismo y de los paros docentes tienen origen en los problemas anímicos y de salud que originan los bajos salarios. Ausentismo y paros no se solucionan con las limitaciones de la ley de servicio esencial, sino atacando la causa madre: lo no prioritario de la educación de la docencia. Un docente debe ir a su trabajo con la alegría de ejercer su profesión sabiendo que con ella puede garantizar vida y futuros dignos para sí y para su familia.

Resolviendo paso a paso el problema salarial, el gobierno, cualquiera sea él, tendrá la autoridad moral para exigirles todo lo mucho y bueno que deben y pueden dar. Debe avanzarse en la dedicación exclusiva para los docentes, de modo tal que no les sea necesario tener dos o más trabajos para lograr los ingresos necesarios. Exclusividad que resuelva ese tema a la par que se especialicen, investiguen y atiendan las dificultades de sus alumnos. Puede comenzarse con maestros exclusivos, por concursos de méritos, en los primeros grados de la primaria. Otro factor, es la formación docente, que debe ser profunda, exigente, tanto en la inicial específica como a lo largo de toda su carrera activa. Los salarios deben premiar a la especialización, mucho más que a la mera antigüedad. Otro, es que la sociedad toda respete, cuide y apoye a sus docentes. Esta múltiple dignificación profesional hará que se multipliquen las vocaciones y que éstas se concreten en niveles de excelencia.

Técnico: Las ciencias de la educación deben aportar mucho en la currícula y metodología de cada nivel.   Mucho se investiga, mucho se habla y poco se concreta en lo atinente a los cambios curriculares, a la didáctica y formas evaluativas. La educación suele ser muy resistente a los cambios. Asimismo, debe cambiarse la arquitectura escolar ya que se sigue construyendo sobre la base del paradigma edilicio de hace cien años o más.

A modo de cierre: Todas aquellas ideas o propuestas que nos hablan de cantidad de días y de horas de clase, del uso de computadoras, de más o menos libros, de qué idiomas, etc.; forman parte de las acciones propias de los componentes de la prioridad nacional que propongo.

Creo e insisto en que una prioridad nacional así integrada está mucho más cerca de una revolución educativa, que una declaración de actividad esencial, centrada más que nada en limitar el ausentismo y los paros. Los problemas que nos afligen, sean los que sean, se resuelven atacando su raíz, hacerlo en sus manifestaciones los aplaca sin eliminarlos.

SAN LUIS. Julio 19 de 2023