TREINTA AÑOS DE DEMOCRACIA

Estamos recordando y celebrando  las tres décadas de democracia ininterrumpida, un período único en nuestra historia si arrancamos su consideración desde el momento del voto obligatorio, secreto y universal, conquista de la UCR liderada por Hipólito Yrigoyen.

Curioso  acontecimiento éste que nos lleva a festejar como extraordinario  lo que debiera ser natural y fluido.

Este recuerdo  se expresa en  festejos varios,  muchos de los cuales vienen  condimentados con alguna memoria escasa o al menos selectiva. O, como se dice actualmente, plagada del relato, que viene a ser una mentirosa forma de contar la historia a partir de algunos datos ciertos.

 Lo constitucional y legal.

Lo primero de una democracia es el marco legal en el que está organizada. Es decir lo constitucional y lo legal; tanto para lo nacional como para lo provincial y municipal. Y se la ha sabido expresar con aquello de “dentro de la ley todo, fuera de la ley nada”

Pero no ocurre así en San Luis en unos cuantos casos.

Uno de ellos es el de la Defensoría del Pueblo, creada por el Art 235 de la Constitución Provincial y reglamentada por la Ley VI-167-2004. Así lo legal, pero  desde noviembre de 2004 que no hay Defensor del Pueblo.  Diputados y Senadores provinciales desde esa fecha no han cumplido con sus obligaciones para con esta nueva institución republicana.

La principal responsabilidad es del oficialismo, autores de una modificación ridícula a la ley y porque son los únicos que tienen el número necesario para hacer la propuesta. Y también es grande la responsabilidad de los Vice Gobernadores, porque son los que convocan y presiden la Asamblea Legislativa que designa al Defensor.

Mis reclamos, mis notas a la prensa, el juicio que inicié en 2007 por incumplimiento de los deberes de funcionario público, no han logrado ninguna reacción tendiente a cumplir la constitución o a  sancionar de alguna forma a los responsables.

En 1983 y buscando rédito electoral,  se derogó mediante una ley, varios artículos de la constitución provincial, cuando ésta sólo permite que por esa vía se modifique un artículo y cada dos años.  La Corte Suprema terminó anulando esta descarada jugada ilegal, que ya está olvidada por muchos.

Treinta años de democracia, pero con la Constitución violada (o incumplida)  por parte de los legisladores, no es para mucha  felicidad.

Lo municipal.

Una  clave de la democracia es la autonomía de los municipios y la participación de los ciudadanos en sus gobiernos locales.

De ahí que nuestra Constitución en su  Capítulo XXVI – RÉGIMEN MUNICIPAL establece las formas que adoptarán los gobiernos de las localidades conforme la población según censo. Y esto está reglamentado por ley  XII – 0349-2004.

Comparando esta normativa con la realidad de los municipios vemos que  son muchas las localidades que tienen sus autoridades  por fuera de la exigencia constitucional, perjudicando notablemente los derechos de tantos ciudadanos.

Y esto es así al menos,  desde la fecha en que se conocieron los datos del censo nacional 2001, lo que ocurrió a mediados del 2002. Es decir que los gobiernos de Alicia Lemme, Alberto Rodríguez Sáa y Claudio Poggi vienen incumpliendo, violando la organización municipal conforme la Constitución.  Con el censo 2010 el único responsable es Poggi.

Lo curioso (o triste) es que los partidos de oposición no plantean este tema y que  los habitantes de esas localidades tampoco pelean por sus derechos.

Este gobierno feudal  cumple 30 años  actuando al margen de la constitución porque de esta forma  le resulta más fácil controlar o dominar el accionar de los municipios.

En este tema,  poco que festejar.

 Lo educativo.

Hay unas cuantas realidades en  la educación que no debieran existir tras 30 años de democracia.

La Ley   Nº XV-0387-2004  *   Estatuto del Docente,  es la que guía  la mayoría de las actividades en educación. Pero tampoco se lo respeta: ni en la forma en que se hacen  designaciones de docentes y directivos, ni en la cantidad de alumnos por aula; ni en el funcionamiento pleno de los Centros de Apoyo al Aprendizaje (CTAAP), ni en la forma en que se paga el doble cargo (la peor del país) que es una violación al concepto de mismo trabajo, misma remuneración.

Para nada podemos considerar un logro democrático la progresiva destrucción de la educación pública, desde el concepto neoliberal de la educación como un gasto que debe salir de las responsabilidades del Estado. También se degrada nuestra educación con la entronización de cada vez más  facilismo en la evaluación y en la promoción de los alumnos.

Tampoco se está cumpliendo con la Ley Nacional de Educación en lo atinente a la jornada extendida en la primaria, comenzando por las escuelas de zonas más carecientes. Tras siete años de existir esta exigencia legal,  San Luis recién tiene una escuela con la jornada extendida, y  desde hace unos pocos meses.

Sin educación no hay forma de conocer la vida democrática, de analizarla, criticarla, mejorarla.

También aquí poco que festejar.

 Convivencia democrática.

En un discurso dicho por Adolfo Rodríguez Sáa días atrás de un acto del Poder  Judicial por estos 30 años,  recordó el pacto de gobernabilidad que firmó con la UCR allá por 1986.

Pero calló el que eso se firmó porque él anuló las elecciones de 1985 en el entonces Depto. La Capital (hoy Pueyrredón) porque las perdió.   Y que sacó con la policía a los diputados radicales de la legislatura para lograr sus objetivos.  Tuvo que volver atrás con todo este atropello, pero el daño  a la convivencia democrática ya estaba hecho.

Tampoco dijo nada de su vocación por tener funcionarios y proponer jueces con antecedentes en la pasada dictadura, incluyendo el designar escuelas con nombres de funcionarios dictatoriales.

 Sintetizando.

No podemos ser necios y negar el muy fuerte e importante  cambio producido en la provincia desde 1983 a la fecha. Cambio que se expresa mayoritariamente en lo material, en la obra pública, en la promoción de   nuevas actividades, en una administración sin deudas.

 Pero la crítica se centra en otras cuestiones:

                A* Lo ya dicho de violación de la constitución y de muchas leyes.

                B* El tremendo e inexplicable  enriquecimiento de la familia gobernante, que quedará  impune en virtud a las sentencias favorables de  jueces amigos. 

                C* La negativa a resolver cuestiones humanistas: pésimos salarios a sus empleados,  además de la numerosa cantidad de empleados sin estabilidad.

                D* Desprecio por la salud y la educación pública.

                E* Sojuzgamiento de los poderes Legislativo y Judicial a las necesidades del partido gobernante.

 Se avanzó en lo material, pero la variable de ajuste está en lo humano, generando una enorme deuda provincial en  humanismo. Tanto lo bueno como lo malo ha sido hecho pisoteando las instituciones republicanas que nos marcan la constitución y las leyes, justamente una de las cuestiones por  las cuales tanto se luchó contra la dictadura.

Lo bueno hecho, lo material, impacta y más aún si se lo compara con tan  poco hecho en otras provincias. Impacta tanto que no importa  cómo se lo haga.  El”roban pero hacen” es el mal halado argumento que todo lo perdona.

 Es mucho e importante lo hecho y se agradece. Pero no deja de ser superficial. Las cuestiones de fondo, lo humano, el respeto a la Constitución y las leyes, que no es sino el respeto al derecho humano de tener un gobierno que nos respete y que se  abra al diálogo y a la convivencia creativa.

Este gobierno pasó de democrático a feudal, y en ese ámbito se están formando las nuevas generaciones; creyendo que la democracia da vía librea a la concentración del poder, a vivir al margen de la Constitución, a enriquecerse, a reemplazar empleo por changas oficiales, a pisotear los municipios, a postergar salud y educación.

 La democracia no es una meta. No es chau dictadura y llegamos.

La democracia es un camino. La meta es el Bien Común, la dignidad de las personas y de cada provincia y la nación misma.

Es un camino que se recorre con los motores del amor al prójimo, de la ética, la honestidad, la vocación de servicio.

Es un camino desde, con y hacia los valores morales.

 Pero estos 30 años de la política impuesta por la familia Rodríguez Sáa,  han logrado que se borren de  muchas memorias estas cuestiones, o que se desconozcan en virtud al poderoso aparato comunicacional instaurado. O lo que es peor que muchos callen. Por miedo, por ignorancia, por  conveniencia, por complicidad o por obediencia.

 Dijo en este discurso Adolfo Rodríguez Sáa, citando a su hermano Alberto, que la democracia se mejora con más democracia. Está claro que ellos no actúan así, porque no la respetan.

Pero para que ello ocurra necesitamos gobernantes, legisladores, dirigentes que sean demócratas de alma.  No que usen la democracia y  las instituciones de la República  como una vía para satisfacer sus ambiciones de riqueza y poder.

Esto es lo que han  hecho estos hermanos  en San Luis en 30 años de democracia.

El festejo no puede ser pleno.

Nos falta mucho aún para tener democracia  a pleno en nuestra provincia.

SAN LUIS. Diciembre 10 de 2013