El Gobernador Poggi ha enviado al Legislativo un proyecto de ley para declarar al año 2026 como Año de la Educación, en homenaje a los 200 años de la creación de la escuela de San Francisco del Monte de Oro por parte de Sarmiento, por entonces un joven quinceañero.
Lo expresado por Poggi en esa ocasión merecen algunos comentarios.
Reclamo salarial docente
El Gobernador lejos de considerar el reclamo docente por sus salarios expresó: “Hay que mirar a todos los que no tienen trabajo, a todos los que no tienen vivienda, comprendo perfectamente… …pero los sueldos de San Luis están por encima de la media nacional.” Para agregar luego “A lo largo del año, desde diciembre a la fecha, los aumentos generales que se dieron en la provincia fueron de un 31%, un 25% primero y un 6% después. Si uno lo compara con la inflación del año, es menos.” Reconoce esa deficiencia salarial, pero no la resuelve. Un estudio reciente a partir de datos de la Secretaría de Educación del Ministerio de Capital Humano Nacional, marca que la evolución del salario de bolsillo en San Luis para el maestro de grado tuvo, entre junio 2023 y junio 2025, una caída del 40,4%, la más alta en el país. La más baja fue del 2,2 % en Río Negro, mientras que Tierra del Fuego, Chaco y Santa Cruz tuvieron una mejora de 9,1 %, 14,9% y 21,7% respectivamente. ¿Algún comentario Sr. Gobernador, ministros?
La ley 26206 de educación nacional, en su artículo Art 67 h) señala como derecho de los docentes el tener un salario digno. ¿Cómo definen gobernantes y legisladores lo de salario digno?
El que los salarios provinciales están por encima de la media, exige saber de cuánto es esa media nacional y si ese “por encima” llega a ser un salario digno.
Nuestra legislación.
San Luis no tiene una ley que precise y defina un sistema provincial de educación, única jurisdicción que carece de una ley así. En el 2004 desapareció la vieja ley provincial. Hay una ley de escuelas experimentales de solo 5 breves artículos, en la que se han incluido las escuelas charters, auto gestionadas y generativas. Hay otras leyes que establecen otras formas y estructuras, que se incluyen en el sistema educativo provincial, lo que demuestra que ni gobernantes ni legisladores saben de la inexistencia legal de ese sistema. Esta carencia abre el camino a un sinnúmero de decretos cuyo conocimiento es de muy difícil obtención.
Centro de las políticas públicas
Dijo también Poggi, que la educación es el centro de sus políticas públicas y que en el 2026 se generarán eventos para celebrar ese aniversario, conformando así una fuerte apuesta a favor de la educación sanluiseña. Esa centralidad se expresa en declarar al 2006 como Año de la Educación.
¿Y los años pasados y los futuros… qué?
La ley 26206 de Educación Nacional dice en su Art.3 que la educación es una prioridad nacional y política de estado. Conceptos que no rigen para un año, un quinquenio o una década, sino que son permanentes. Esa ley fue propuesta por Kirchner en el 2006, pero que hasta la fecha está lejos de cumplirse cabalmente. “Mérito” de todos los gobernadores, presidentes y legisladores.
Si fuese prioridad nacional y política de estado, no estaríamos ante el flagrante incumplimiento, entre otras cosas, del Art. 28 de esta ley, que instala la jornada extendida o completa en el nivel primario. Algunas pocas jurisdicciones han logrado algo; el resto, San Luis entre ellas, han cumplido muy poco, casi nada. He pedido información específica a ministros de Alberto Rodríguez Saá y este año al actual ministro Araujo. Nunca ninguno me respondió, pese a estar obligados por ley a hacerlo.
Diálogo
Dijo Poggi que el diálogo con la docencia no está cortado, ya que él visita “una escuela por día”. Espero que eso de una por día, no sea una exageración.
Visitas protocolares son buenas, crean vínculos necesarios entre gobierno, docentes, alumnos, comunidad. Permiten también conocer de primera mano las carencias propias de cada escuela, grado de satisfacción del personal, etc. Pero no son el diálogo institucional entre gobierno y representantes gremiales, elegidos libremente, para acordar política salarial, condiciones de trabajo, etc.
Dialogar no es que cada quien hable sin escuchar al otro. Es atender y entender las ideas, necesidades y posibilidades hasta encontrar objetivos comunes.
Decir que visitar escuelas es diálogo, es “safar” ante una pregunta que inquieta a un gobierno que decide aumentos unilateralmente, sin convocar paritarias según la práctica instalada por gobiernos nacionales y provinciales.
Prioridad educativa y política de estado
Una prioridad no se concreta con dar un lema a un año en el que se realizan actos protocolares y eventos especiales.
Prioridad es fijar y cumplir preferencia integral para resolver problemas. Lo que en materia de educación, necesita de un período tan largo, como el de la decadencia que se arrastra.
De ahí la necesidad de una política de estado, la que no es responsabilidad de un gobierno sino de varios, con acciones coherentes y persistentes a través de una amplia convocatoria política, social, gremial, académica y ciudadana. No desde un maquillaje anual.
Una prioridad con política de estado, debe concretar en forma ordenada y escalonada la solución de deficiencias y carencias, tanto materiales, como humanas.
Una política de estado que gestione el resolver una prioridad no es para un año, un quinquenio, una década. Son desde el inicio hasta la eternidad.
A modo de conclusión.
- Lo de prioridad y política de estado por ley nacional es mucho más que la centralidad de la que
habla Poggi. Por lo que se impone una convocatoria amplia. Algo así, nos mostraría el verdadero interés gubernamental por la educación, más allá de tanto lugar común en el discurso oficial.
- Es imprescindible contar con una legislación marco que responda a lo que la educación es en el
mundo, no copiando lo de otras realidades socio económicas, sino tomando el ejemplo de cómo se prioriza la educación.
- Siendo la educación una actividad desde y hacia las personas, debe encararse con una visión
integral e integradora desde un humanismo personalizante. La tecnología crece notablemente y nos sorprende, pero es y será una herramienta poderosa, pero herramienta al fin; que no puede reemplazar al pensamiento creativo del ser humano.
- Si la educación es una prioridad, también debe serlo la docencia. No se avanza en una
prioridad, si no es prioritaria la formación, el trabajo y el salario de las personas que la cumplen.
- Serán los docentes los que vayan al frente en políticas así. De ahí que deben ser reconocidos
social, profesional y económicamente como la profesión formadora de todos los trabajos y todas las profesiones. Lo que exige sólida formación inicial y permanente. Y por sobre todo tener salarios ubicados en el podio de los mejores. Lo que ha de lograrse en etapas por medio de aumentos periódicos por encima del costo de vida e inflación. Así, los gobiernos tendrán autoridad moral para exigir a la docencia todo lo mucho y bueno que debe hacer.
- El medio son las paritarias y el diálogo institucional. Parece que gobiernos y legisladores no
saben de paritarias, porque no las necesitan ya que se aumentan a su solo criterio.
- Son éstas ideas, a mi entender, básicas para iniciar un camino distinto al que se viene
transitando y que, por lo visto, no da resultados. A lo mostrado en las varias evaluaciones nacionales e internacionales me remito.
- Es mucho lo dicho y escrito en cuanto a que la riqueza de un país está dada por el
conocimiento de sus habitantes. Para eso, educar a toda la persona, en todas las personas, a lo largo de toda su vida conforme sus capacidades e intereses.
- Más que actos y eventos especiales, el momento exige políticas revolucionarias, que se salgan de
lo mismo de siempre
- Temo que nombrar al 2026 como Año de la Educación sea una más de las frases publicitarias y
demagógicas que solemos escuchar.
Si se quiere honrar a Sarmiento, hay que recordar uno de sus dichos:
TODOS NUESTROS PROBLEMAS, SON PROBLEMAS DE EDUCACIÓN.
San Luis. 21 de octubre de 2025