ACERCA DE LA DEGRADACIÓN INSTITUCIONAL

Se conocieron declaraciones del Senador Nacional por San Luis, Dr. Adolfo Rodríguez Saá, en las que acusa a legisladores nacionales de Cambiemos  por no dar quórum en la Comisión Bicameral que debía analizar algunos DNU del Presidente Macri. Al hacerlo califica esa actitud como de “degradación institucional”.

Esto de no dar quórum es un muy frecuente recurso de los legisladores para eludir el tratamiento de temas que no les conviene o no les gusta. Por cierto que desde el llano no me resulta una actitud deseable, ni muy republicana que digamos. Que sea frecuente no es sinónimo de buena y deseable.

Ahora bien, ¿el Senador Adolfo Rodríguez Saá, con qué autoridad moral, democrática o republicana se anima a calificar así a otras fuerzas políticas?

San Luis ha sido, y lo sigue siendo, testigo de numerosas maniobras que decididamente agravian y destruyen las instituciones republicanas de la provincia. Todas ellas fueron ejecutadas en los gobiernos provinciales desde 1983 a la fecha, bajo directivas de los hermanos Adolfo y Alberto Rodríguez Saá

Sin demasiados esfuerzos de memoria,  acuden a mi mente las siguientes:

* Anular en 1985  las elecciones legislativas que perdió en el entonces Depto. La Capital.

* Modificar el Reglamento Interno de la Cámara de Diputados restringiendo la posibilidad de expresión a los legisladores  de la oposición.

* Sus legisladores han abusado del cierre de lista de oradores para impedir la expresión de la oposición.

* Hacer votar proyectos de ley sin permitir que  senadores de la oposición (en los pocos años que los hubo) puedan tomar conocimiento de los mismos.

* Obligar a jueces a firmar renuncias en blanco antes de ser designados, como garantía de que juzgarían según su conveniencia.

* Aplicar sanciones a jueces y secretarios judiciales por fuera del marco legal.

* Incumplir desde 2004 a la fecha  con la constitución provincial en la designación del Defensor del Pueblo.

* Incumplir   con la Constitución en lo atinente a autoridades municipales en muchas localidades.

* Derogar en el 2004,  paquetes de leyes, sin permitir que los diputados de la oposición pudiesen saber de qué leyes se trataba.

* Pisotear la autonomía municipal por medio del Pacto Provincia – Municipios.

* Incumplir con la ley del Estatuto del Docente, causando  daños a docentes y alumnos.

* Producir DNU sin que la Constitución Provincial lo contemple.

* Modificar por vía de la enmienda legislativa más de una decena de artículos de la Constitución. Maniobra finalmente caída por la intervención de la Corte Suprema  de la Nación.

Como decía mi abuela…para muestra basta un botón. Estos casos ya son suficientes para mostrar la calidad institucional que impera en San Luis, convirtiendo a la provincia en un verdadero feudo.

El Senador Adolfo Rodríguez Saá hizo referencia además, a la necesidad de consensos y correcciones, lo que también es muy cierto. Pero… ¿y por casa?

¿Cuándo él y su hermano promovieron el diálogo político, cuándo la búsqueda de consensos, cuándo admitió correcciones o atendió críticas? Cuando intentaron  algo parecido, duró poco, porque no les sale a su mentalidad autoritaria el escuchar a otros. Solo buscan  acatamiento ciego.

Estas sobre actuaciones que estamos viendo últimamente en estos hermanos, señores feudales de San Luis, tienen que ver, no con una expresión republicana y democrática, sino con la necesidad de querer mostrarse como los más duros con el gobierno nacional, para posicionarse en la interna del PJ y fortalecer los lazos que están tendiendo con lo que queda del kirchnerismo.

Para ser creíbles en política  es necesario tener autoridad moral, ser un ejemplo en  temas tan  fundamentales como la ética, el respeto a la constitución, las leyes, las instituciones republicanas y a todas las expresiones del pensamiento político.

La calidad institucional no debe ser relato, sino realidad.

SAN LUIS. Febrero 23 de 2017.