Por ley 24521 se incorporan todos los establecimientos de educación superior, universitaria o no, al Sistema Educativo Nacional. Inclusión válida para establecimientos nacionales, provinciales, municipales y privados; para lo cual se exige pedir el reconocimiento que prevé la ley.
Lo que a su vez implica cumplir requisitos tanto por las universidades, como para cada carrera y que se traducen según el caso en reconocimiento, validez o acreditación, en las carreras cortas (pre grado o tecnicaturas), estudios de grado y de pos grado. También estas instituciones de educación superior deben autoevaluarse tanto como aceptar evaluaciones externas. Todo lo cual es necesariamente de público conocimiento.
Y esto es así en virtud al crecimiento de la demanda de estudios universitarios y la progresiva ruptura de fronteras que llevan a que no sólo se hagan estudios de pos grado en universidades extranjeras, sino también que un alumno decida cursar una o más materias en universidades de cualquier país del mundo. Más los profesores visitantes. Y los becarios de todo tipo. Para estos intercambios la condición es que esas universidades tengan el reconocimiento nacional, sean evaluadas y acreditadas conforme pautas y exigencias de calidad con parámetros comunes.
Tan fuerte es esta globalización de los estudios universitarios, que nuestras universidades argentinas tan celosas de su autonomía académica, han fijado en común pautas para estas evaluaciones y para las acreditaciones de sus carreras.
No existen en este momento universidades privadas no reconocidas. La provincial de Entre Ríos cumple todos los requisitos, la provincial de La Rioja fue nacionalizada por Menem, las provinciales de Buenos Aires, van cumpliendo al tiempo que piden ser nacionalizadas.
¿Y por casa cómo andamos?
Universidad de La Punta * ULP
La hoy Universidad de La Punta se creó como Provincial de San Luis por Ley II-0034-2004, luego modificada por las leyes II-0460-2005 y II-0659-2008. Aún conserva en su Art. 1º el que se habrá de encuadrar en la ley nacional 24521 “en tanto sus disposiciones resulten compatibles con la autonomía de la Provincia.”.
La primer ley ordenaba en su Art.4º que”El Ministerio del Progreso de la provincia conducirá el proceso de formulación del proyecto institucional y del proyecto de estatutos, así como el de preparación de toda la documentación e información necesaria para solicitar el reconocimiento previsto por el Art. 69 inca) de la ley 24521… en tanto su aplicación no vulnere la autonomía provincial…”.
Está claro que hasta ahí el gobernador Alberto Rodríguez Saá reconocía que esa universidad debía solicitar reconocimiento nacional y así se lo solicitó presentando documentación que fue devuelta por no cumplir las exigencias mínimas.
Y por aquello de “las uvas están verdes…” se dejó de lado ese reconocimiento, sin dar ninguna explicación, ni siquiera la de probar que corría riesgo la autonomía provincial. Y en la reforma de 2008 se quitó ese mandato de solicitar reconocimiento, es decir se renuncia a que esta universidad provincial se integre al sistema nacional, con todas las exigencias de calidad administrativa y académica.
En uno de sus discursos de apertura del año legislativo ese mismo gobernador dijo que no se pediría el reconocimiento porque todos los egresados de esta universidad tendrían trabajo en la provincia y no necesitarían irse de San Luis.
Expresiones que significan una especie de cierre de las fronteras provinciales. Una de esas burradas que muchos aplauden por un cóctel de obsecuencia, temor e ignorancia. Y cuyas consecuencias se disimulan porque la ULP no dicta ninguna carrera de grado; sólo carreras cortas también conocidas como tecnicaturas.
Se derogó también la exigencia de la normalización de esta universidad en el plazo de cuatro años, lo que sostiene el hecho de que hasta la fecha no se conozca el estatuto de esta universidad.
El hoy vigente art.9º habilita a esta universidad a actuar “… en el campo de los negocios públicos y privados”, no hay antecedentes de algo así en una universidad estatal, cuestión que se agrava por el hecho de que el Rector es designado por el Ejecutivo en acuerdo con el Senado (todo oficialista) y las restantes autoridades por el Rector, se supone que de acuerdo con los jefes provinciales. Los profesores son designados sin las exigencias de antecedentes académicos propios de las universidades públicas y con frecuencia a dedo.
Eso sí, la ULP hace muchos negocios sin el debido contralor y con un presupuesto exagerado en relación a la cantidad de alumnos y carreras. Por cierto que los sueldos de los profesores están dentro de lo que paga este gobierno en educación.
Tras diez años de existencia no se ha cumplido tampoco con el Art. 3º que dice: “b) se prevea que el órgano colegiado de Gobierno Superior de la Universidad tenga funciones normativas generales, de definición de políticas y de control, reservando las funciones ejecutivas a los órganos unipersonales. c) Se asegure la representación de docentes, estudiantes y graduados en los Consejos Académicos de Facultades, sobre la base de un régimen autónomo de gobierno democrático….”
A la fecha no hay facultades, sólo institutos, no hay información alguna (en www.ulp.edu.ar) ni de estatutos, ni de cuerpos colegiados. Ni rastros de “régimen autónomo de gobierno democrático”.
No hay que olvidar que a poco de asumir el gobernador Poggi dio instrucciones al entonces rector para que reinicie la gestión de reconocimiento nacional de la ULP. Lo que provocó la ira de Alberto Rodríguez Saá en su actual trabajo de editorialista. Poggi obedeció y poco tiempo después el rector renunció.
Tan fuerte y desembozado incumplimiento de la ley, se convierte lisa y llanamente en una burla al pueblo toda de la provincia.
Pero el tremendo gasto en marketing hace que muchos aplaudan sin saber.
Universidad de Oficios.
Nadie puede negar la necesidad de capacitar en múltiples oficios más que necesarios para la vida diaria. La idea de crear un centro dedicado a esa tarea, es digna de elogios. Pero hay que tener un mínimo de conocimiento y de vocación por encuadrarse en lo legislado. Una universidad primordialmente imparte educación superior y los oficios no forman parte de esa educación superior. Por eso crear una universidad sólo para enseñar oficios es como crear un Hospital sólo para inyecciones y vacunas.
Varias universidades nacionales han creado Escuelas de Oficios, por ejemplo Córdoba, La Plata, San Martín.
¿Por qué no incorporar la enseñanza de esos oficios en la ULP, en sedes distribuidas en la provincia?
Porque necesitan una nueva estructura burocrática con la cual premiar a amigos. Para tener una fuente más para dilapidar recursos con pocos o ningún control. Para alardear de tener dos universidades provinciales. Para mostrarse como defendiendo su autonomía en este tema, aunque nunca lo diga sin explicarlo.
Creación de nuevas universidades nacionales.
Los senadores nacionales Liliana Negre de Alonso y Adolfo Rodríguez Saá lograron la aprobación de su proyecto de creación de la Universidad Nacional de Villa Mercedes y han logrado avances en el de creación de la Universidad Nacional de Comechingones; claro que para lograrlo han debido intercambiar favores con el kirchnerismo, con lo cual se evidencian coincidencias entre estos autoritarismos feudales.
Como este gobierno provincial sabe perfectamente de lo complejo, difícil y costoso que resulta en pleno siglo XXI el crear universidades en serio y con carreras de grado en serio, promueve que la Nación se haga cargo de esos proyectos para San Luis. Ellos quedan electoralmente bien con plata, trabajo y responsabilidad de la Nación.
Mientras, crean universidades provinciales para hacer negocios tras las cortinas de unas pocas tecnicaturas sin reconocimiento nacional.
Mientras no sean reconocidas no tendrán carreras de grado, esencia de lo universitario. No hay propiciado una Facultad de la Universidad Tecnológica Nacional. Menos aún ha buscado una verdadera integración con la Universidad Nacional de San Luis, con trayectoria desde 1939. Por ejemplo con viviendas para estudiantes (cerraron la que había), con becas para carreras de interés provincial o con apoyo a investigaciones necesarias para nuestro crecimiento.
En verdad que la política iniciada por los hermanos Rodríguez Saá y continuada ahora por Poggi, no muestra mucha vocación por integrarse a políticas nacionales, acción de gobierno ésta propia de las mejores democracias e independiente de los colores políticos de unos y otros.
Mientras sigamos dejando de lado la cultura del encuentro y atendiendo sólo lo que propone el marketing político electoral, se seguirá usando las instituciones y estructuras en beneficio sectorial y en el marco de enfrentamientos.
Y siempre dejando de lado hasta las leyes que ellos mismos han propuesto, promulgado y jurado cumplir.
SAN LUIS. Octubre 15 de 2014