Política de unidad y unidad en la política

Los hechos del año 2004 muestran a las claras cuál debe ser la forma de enfrentar con éxito a esta democracia-totalitaria de los Rodríguez Saá: el pueblo salió a las calles unido en un solo reclamo:   que se acabe el feudo.


El pueblo unido,  sin reproches ni toma de asistencia, sabedor que estábamos todos. Ese fue el momento de la protesta social en la calle. Tiempo en el que se enfrentó  al aparato represor del gobierno que lució todo su entrenamiento para apalear y cumplir cualquier orden. La Legislatura, la Plaza Independencia,  la Municipalidad, la ciudad toda,  fueron los lugares en que el Gobierno familiar mostró su celo en la cacería  y represión de todo aquel que osare expresar  desacuerdo con sus políticas.

La unidad del pueblo permitió el triunfo en la causa de la autonomía municipal. Del mismo modo que esa unidad fortaleció los reclamos y gestiones de los “salineros” y de los “viales”, hoy con sus problemas resueltos.

Hoy, avanzado ya el año 2005 corren los tiempos electorales que marca nuestro sistema de vida democrático. Y en este tiempo electoral debemos agotar los medios para construir la  unidad político-electoral que exprese la unidad  del pueblo en  las calles de la ciudad durante el 2.004.

Política de Unidad.

En este sentido, es necesario abandonar costumbres de la vieja política; como aquellas de  venir con la candidatura bajo el brazo o subido al monumento de su soberbia, o con  seguidismos  individualistas, o con pretensiones   hegemónicas.

Si San Luis habrá de salir de esta democracia-totalitaria y corrupta que nos oprime y agobia, será indudablemente por una política de unidad integral en una  concertación de lo político, lo social, lo gremial. Que se plantee objetivos de corto, mediano y largo plazo, que exprese la solidaridad cooperativa de las fuerzas que la integren y que dé claros y fuertes  mensajes a todo el pueblo acerca de su compromiso de cambiar todo lo que sea necesario cambiar y  de ratificar o  fortalecer todo lo que  merezca continuar; de respetar el disenso; de escuchar las críticas y de no poseer ninguna mala intención de perpetuarse en las estructuras legislativas o ejecutivas.

Por imperio de normas legales los partidos políticos han  inscripto  sus candidatos internos para las próximas elecciones. Esto da una  falsa imagen de atomización electoral, cuando en verdad  se trabaja intensamente  por la unidad, tarea en la que se destaca la labor de quienes se sienten convocados alrededor de la Municipalidad de San Luis, como forma de sostener y  proyectar a  la provincia las dos últimas y grandes victorias contra los Rodríguez Saá: contra la división de la ciudad de San Luis lograda el 18 de setiembre de 2.000; y a favor  de la autonomía municipal, expresada en el fallo de la Corte Suprema del 24 de febrero de este año.

La unidad es tan necesaria como difícil; porque es difícil desprenderse de una concepción individualista o sectorial tan fuertes aún en nuestra sociedad. También son un escollo las propuestas de abstención, las que ignoran que tal como ha ocurrido en tantas otras oportunidades tanto el no voto, como el voto en blanco sólo sirven para consolidar y fortalecer a los mismos que vienen gobernando.

Unidad en la política

De no alcanzarse la ideal unidad política ahora, debemos estar dispuestos a actuar con fuerte espíritu de unidad en el trabajo político del mañana que cada cual efectúe desde las posiciones de responsabilidad que el pueblo le otorgue.

Las expresiones políticas democráticas  que reflejen la decisión electoral del pueblo de la provincia, deberán necesariamente darse una agenda común de temas sobre los cuales habrá que legislar, que defender, que instalar en la discusión y participación del pueblo todo. Son muchas las cuestiones de la vida provincial que exigen nuestra vocación y capacidad de trabajar con todos aquellos con los que compartimos el sueño de cambiar el rumbo de nuestra vida desde las estructuras y luchas de la democracia.

Si  este año no nos unifica  una única boleta electoral,  habremos de saber unirnos en el trabajo diario de poner nuestros mejores esfuerzos en recuperar la plena vigencia de las instituciones republicanas y democráticas al servicio del bien común y de la dignidad de todo nuestro pueblo sanluiseño.

La unidad tan preciada es una tarea a lograr a lo largo del tiempo, avanzando en pasos sucesivos.  A mayores niveles de conciencia de nuestra realidad, le corresponderán mayores niveles de unidad. Y en ese camino se está.

Una reflexión más. La unidad no está referida únicamente a instituciones y personas. También implica  unidad provincial, en clara referencia a políticas que hacen creer a hermanos de determinadas regiones o localidades,  que pueden manejarse con alguna autonomía con respecto al todo provincial. Lo que suele traducirse en expresiones sólo municipales o departamentales, sin caer en cuenta que el problema que nos plantea esta democracia totalitaria baña todas nuestras instituciones, todas nuestras generaciones, todas las actividades,  todo el territorio provincial.

Vamos todos … con unidad contra el feudo.

San Luis *  Marzo de 2005