FRENTE A UNA CONSULTA TRUCHA

Los hermanos villamercedinos han sido convocados por el Gobernador Alberto  Rodríguez Saá para que emitan su opinión acerca de la realización de una monumental obra denominada “La Pedrera” que incluirá según los anuncios  escuelas, hospital, estadio cubierto, anfiteatro, comisaría,  canchas para varios deportes y un autódromo según nomas de la FIA.

Una obra “a priori” impresiona por dimensión, por su costo de mil doscientos millones de pesos, por la generación de puestos de trabajo, por la posibilidad de generar turismo.

 CURIOSIDADES.

Un proyecto como éste no se gesta del día a la noche, exige muchos estudios, análisis, toma de decisiones, cambios, etc. que si bien la informática actual permite abreviar notablemente la confección de planos, no se resuelven en el tan corto tiempo que va de la asunción como Gobernador al anuncio de la obra.

Por lo que surge preguntas como: ¿Los estudios están hechos? ¿Los planos se compraron? ¿Quiénes son los autores? ¿Está toda la documentación necesaria para las empresas que licitarán? ¿O la empresa ganadora debe resolver esas cuestiones? ¿Con qué estudios se ha efectuado el cálculo de los 1.200 millones de pesos? ¿Será ese realmente el valor de la obra? No se trata tan sólo de creerle al Gobernador, hay que ver.

No podernos dejar de recordar la obra del Dique Nogolí, que se licitó sin estudios previos a causa de lo cual se construyó en zona muy permeable y el costo inicial se triplicó.

En obras  de esta dimensión y cuando las cosas se hacen con seriedad y responsabilidad, se cuenta con proyecto y planos y en primera instancia se evalúa la capacidad empresarial para llevarla a cabo.

Son todas cuestiones que llevan tiempo, no por una cuestión de mentalidad burocrática, sino por la magnitud de la obra, de su costo, del impacto social y ambiental, etc.

Lo más curioso (?) de todo y siempre en el terreno de la  premura, es el hecho de que la consulta se hace un viernes y las obras comienzan el martes siguiente.

¿Estará ya el guiso cocinado?

NECESIDADES

Cuando surge una obra así, faraónica, es imposible eludir las preguntas acerca de la necesidad de todo eso frente a otras necesidades de largo tiempo y que no vienen siendo resueltas.

En educación y salud los edificios están lejos de lo que el mundo moderno ofrece para ellos. Además les falta mantenimiento, limpieza y hasta profesionales de carrera y en planta permanente.

Se hará un nuevo autódromo semi permanente, cuando no tenemos ni siquiera un buen mantenimiento de nuestras rutas, pese al peaje que se paga.

Nadie puede desconocer la enorme cantidad de obra pública  desde 1983 a la fecha, eso se destaca claramente en el contexto nacional. Pero  progreso no es tan solo  ladrillos, cemento y asfalto. El verdadero progreso es en  humanismo, en la plena vigencia de los derechos humanos, en el logro de la dignidad de todas las personas, en el Bien Común y en vivir en un marco de democracia republicana real. Cuestiones todas éstas que no están cumplidas en este San Luis feudal de los hermanos Rodríguez Saá.

¿Hay al menos un listado de las necesidades existentes en materia de obra pública sobre el cual se fijen  prioridades con participación social?

Poco tiempo atrás se conocieron los costos globales de mantenimiento de los distintos escenarios deportivos, sin mayores precisiones. Nada se dijo de cuánto y cómo se recupera con la actividad que en cada uno de ellos se desarrolla. ¿Hay algún estudio acerca de los gastos de mantenimiento que demande  La Pedrera?

Una obra de esta magnitud no pasa desapercibida nunca, ni en lo material ni en lo social, ni en lo ambiental.

¿Se han efectuado los estudios de impacto ambiental? Si los hubiera con seguridad que los habrían mostrado.

No sería de extrañar que la licitación exija que la empresa constructora los haga, es decir “el zorro cuidando las gallinas”. Los estudios ambientales deben ser hechos por especialistas ajenos a los constructores, a los planificadores y al mismo gobierno. Porque deben pensar en el ambiente y en las personas, no en el negocio de la obra misma.

Nada de lo necesario se muestra. Todo rápido. No de  rapidez fruto de la eficacia gubernamental, sino de una urgencia para tapar falencias y carencias, para vender un producto sin que se piense demasiado en cómo es y seguramente  para concretar algunos de los buenos negocios que en el mundo entero permite la obra pública.

Estamos frente a una obra en la que hay  muchas más palabras que responsabilidad.

LA TRUCHADA

Los hermanos Rodríguez Saá han sabido acudir en varias oportunidades a convocatorias electorales sin mayor sentido ni fundamento, salvo el de querer mostrar cómo el pueblo los apoya. Como una inyección de vitaminas a sus caprichos.

Ahora sale esta convocatoria a los villamercedinos. Que se hace sin padrones, sin el sistema usual en Argentina para una elección o consulta. Hoy,  la prensa informa que no se conocen todos los lugares de votación, que pueden en casas de familia, asociaciones vecinales, clubes…

¿Y las autoridades de mesa? ¿Y los modelos de votos? ¿Cómo se registra el voto de cada persona? ¿Quiénes fiscalizan? ¿Quiénes harán el escrutinio?

Parece más a un sorteo de amigo invisible que consulta popular.

 La licitación está llamada, aún no se han abierto los sobres de las ofertas, tampoco se ha adjudicado la obra. Pero se vota el viernes 8 y se inicia la obra el martes 12. ¿Alguien me lo explica?  ¿Para qué la consulta entonces?

Obrar así es una total falta de respeto a la provincia toda y en particular a Villa Mercedes, una burla a la república democrática. La caradurez con que se  actúa es sólo comparable con la impunidad que los ampara.

Ni siquiera buscan guardar las formas.

LO ILEGAL

Lo peor de todo es que una vez más Alberto Rodríguez Saá deja la constitución en el rincón de los trastos viejos e inservibles. Si hay consulta que se haga como corresponde. La Constitución Provincial,  prevé en sus artículos 98,99 y 100 la Consulta Popular. La que debe ser convocada por una ley aprobada por los “… dos tercios  de los miembros de la legislatura”. Y en el caso de que sea optativa, como parece que es ésta que nos ocupa,  debe tener el sufragio de por lo menos  50% de los electores del padrón utilizado.

Exigencias éstas que para los hermanos Rodríguez Saá son un dibujo, ellos están por encima de la Constitución, son los amos e inventan cualquier pavada para justificar esta violación republicana. O directamente callan.

Con seguridad que esta consulta trucha e inconstitucional mostrará cifras “cocinadas” al gusto del Gobernador. Nada que trabe lo que ya se arregló por debajo de la mesa.

Si se propone una obra de esta naturaleza que se conozca todo, que se discuta en audiencias públicas. Construir todo lo que se anuncia sin estudio ambiental es una cabal muestra de irresponsabilidad y  desprecio al pueblo. Nadie en cargos de gobierno puede ignorar la necesidad de esos estudios.

No exigirlos, no tenerlos previo a la aprobación de la obra y a licitarla, es muestra de mala fe.

Construida La Pedrera San Luis podrá alardear de ella. Mientras tanto, seguiremos reclamando por el mantenimiento de los edificios escolares, los hospitales,  por su equipamiento moderno, por la cobertura de todos los cargos profesionales en la salud, la educación,  la seguridad y la justicia.

En fin, que el progreso no es tal si solo se ocupa de lo material faraónico, dejando de lado la promoción de la persona humana. Pero como lo último no permite retornos y lo otro sí,  es que estamos como estamos.

SAN LUIS. Abril 6 de 2016.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

2 comentarios sobre “FRENTE A UNA CONSULTA TRUCHA”

  1. Indigna como se siguen proyectando obras faraónicas en la provincia de San Luis, en lugar de invertir en Educación, Salud y Justicia… Gente sana, pensante, con educación, resulta muy incómoda y peligrosa para los señores feudales que defienden su poder y privilegios. Señores expertos en prácticas antidemocráticas….

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