Mientras Alberto Rodríguez Saá siga editorializando, no va faltar tema para escribir. Sobre todo cuando al meterse en periodista  olvida  apotegmas claves de esa profesión. Como el de saber de qué se trata y el de que ningún político resiste un buen archivo.

En su última columna radial, siempre reproducida luego  por EL DIARIO DE LA REPUBLICA, acometió contra las  becas que otorga el Gobierno Provincial a cargo de Poggi, su alumno y heredero (por ahora).

Cómo y a quién becar

Las  becas que motivan los comentarios de Rodríguez Saá son las destinadas a los abanderados de escuelas secundarias para que sigan estudios superiores.  Buena idea, porque siempre es necesario reconocer y  premiar el mérito,  el esfuerzo y la dedicación.

Alberto RS  critica estas  becas porque dice que  están destinadas a la clase media,  están sujetas a la subjetividad de los docentes al calificar y no tienen en cuenta nuevas formas de enseñanza, especialmente la digital que tanto promueve.

Sostiene que la clase media “no las necesita”, que sólo deben ser para pobres y humildes.  ¿Quién le dijo eso? ¿Tiene idea de lo que cuestan hoy los estudios de nivel superior?  La clase media día a día ve perder sus posibilidades de crecimiento, de concretar aspiraciones.  Sólo un reducido sector, al que él no menciona, es el que puede afrontar esos gastos sin sufrir  impacto negativo  en su economía.

Lo dicho por Alberto RS suena un tanto liviano y hace pensar  que cree que los sectores más humildes no tienen buen rendimiento. Desconoce así que  depositan  muchas esperanzas en la educación de sus hijos como forma de ascenso socio económico, acompañándolos y exigiéndoles. Esperanzas que suelen chocar con la mediocridad de las políticas gubernamentales.

Debiera perfeccionarse  esta política de becas ampliándola a quienes: a) Superen determinado promedio mínimo; b) Aprueben un examen específico; c) Siendo ya estudiantes tengan un buen rendimiento y avance en sus estudios superiores.

Y para darle el gusto a Alberto RS quizás también becas por mérito deportivo. ¿Y por qué no al compromiso solidario? Pero en todos los casos las becas se sostienen en un  rendimiento académico al menos bueno. No se dan becas  sin mínimas garantías de logros.

Hasta puede estudiarse una forma para  que una vez egresados, ejerzan su profesión al menos por un tiempo en la provincia.

Habiendo tanto gasto innecesario y superfluo, no es muy complicado el aumentar el número de becas. Como también  facilitar mucho más los estudios primarios y secundarios.

La educación según Alberto RS.

Ya que critica tan fuertemente estas becas, es bueno recordar al menos dos de sus acciones en  educación.

Allá por 1988 ante una larga huelga docente que amenazaba con la pérdida del año  y siendo senador nacional,  propuso la promoción directa al curso siguiente para no perjudicar a los alumnos. En lugar de garantizar educación, quitaba un año de estudios.  Idea  que afortunadamente no prosperó.

Ya  como gobernador,  cerró la residencia para estudiantes universitarios del interior provincial ubicada en calle Almirante Brown (ciudad de San Luis) para pasársela al Plan de Inclusión Social. ¿Cómo era eso de ayudar a los estudiantes de menos recursos?

Para qué hablar de su dañina política salarial, de amenazas y violencia para con los docentes.  ¿Así  pretende mejor educación?

Sus ideas  le llevan a aplaudir la eliminación de aplazos en  provincia de Buenos Aires, en línea con no buscar excelencia educativa,  bajar las exigencias,  disfrazar los malos rendimientos.

En otro momento de su editorial Alberto RS la emprende contra los docentes y contra “… programas que no van más, con edificios que no van más…”.

Pregunto: ¿Qué caray  hizo como gobernador con  los edificios y  programas contra los que hoy acomete? ¿Qué hizo con la formación de los docentes a la que critica? ¿Hizo algo para que la docencia sea más atractiva social y económicamente? ¿Tiene idea de cómo son las cosas en los países con mejor educación?

Reitera en esta editorial algo que ya dijo varias veces: “Deben dejar que la educación la haga la propia internet, con los nuevos sistemas, que son superiores a los del docente.”

Cabal demostración de ignorancia educativa. Debiera saber que la educación es una actividad esencialmente humana y nada puede suplantar  la  relación docente – alumno. Las herramientas de la tecnología, como la informática, ayudan, potencian; no reemplazan.

Internet puede ser buena si se la conoce, controla e integra a la labor docente.  ¿Pero que por sí sola educa? ¡A otro perro con ese hueso! ¡Sr. Alberto RS deje de provocar la caída en el error a quien lo escucha! Una propuesta así se presta para una manipulación al estilo de la descripta por Orwell en su novela 1984.

No se trata de rechazar a priori todo lo nuevo, sino que los aportes de la investigación deben ser sopesados, probados e integrados a un todo educativo, tan amplio, complejo y maravilloso como la misma persona humana.

Otra educación.

Por cierto que nuestra educación merece muchos cambios. Más aún, necesita una revolución. Comenzando por cumplir con la ley 26206, cuyo artículo 3º la declara prioridad nacional y objeto de política de Estado. Conceptos casi ignorados por los gobiernos nacionales y provinciales.

Los cambios tan necesarios deben hacerse desde el conocimiento, dialogando y trabajando con amplia participación técnico – política, no  comprando o vendiendo vidrios de colores.

Poca autoridad tiene quien cuando gobernador hizo poco para enorgullecerse por su labor en educación.   Alberto RS ataca con todo, incluso a la oposición política y dice que tiene  mucha bronca. En verdad, da vergüenza ajena que un ex senador nacional y ex gobernador haga ostentación de desconocimiento y mala memoria.  Lo que hoy critica nació cuando su hermano Adolfo y él fueron gobernadores.

Hay archivo y hay memoria, por lo que debiera  evitar el andar a cada rato escupiendo para arriba.

La educación es demasiado importante para la sociedad, como para tratarla con tanta liviandad.

SAN LUIS. Setiembre 20 de 2014