Acerca de la Unidad * Encuentro de Unquillo

 

La Junta Nacional del Partido Demócrata Cristiano  Argentino, reunida en la localidad de Cabana – Municipio de Unquillo (Córdoba), en reunión ampliada con la participación de los  distritos de Tucumán, Santiago del Estero, San Luis, Chaco, Formosa, La Rioja, Neuquén, Entre Ríos: más  el Movimiento de Trabajadores, Movimiento de la Juventud,  Corriente por la Unidad y dirigentes de las provincias de Córdoba, San Juan, Buenos Aires, Santa Fe, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, ante la actual búsqueda de unidad partidaria resuelven y dicen:

1º- Ratificamos todos y cada uno de los pasos dados para concretar la convocatoria de  la H. Convención Nacional reunida en Villa María.  La carencia de fondos propios de la Mesa y  la negativa de parte de la entonces Junta Nacional a darlos, llevó a resolver esas carencias sobre la base del contacto personal,  la buena fe y honestidad de los integrantes de la Mesa Ejecutiva.

2º  La judicialización del tema no surgió de la convocatoria hecha en tiempo y forma, sino solamente por el incumplimiento de un dirigente que ostentando la doble función de apoderado y presidente, violentó la Carta Orgánica  incumpliendo las directivas de la Mesa Ejecutiva de la H. Convención Nacional, sin medir las   consecuencias.  De este accionar  a nuestro juicio decididamente irregular, cual surge esta actual situación.

3º  Por lo anterior  decimos que no es nuestra la responsabilidad de esta dolorosa situación  de enfrentamiento interno. Actuamos con coherencia, claridad y honestidad en todas las instancias previas. Y con posterioridad a la elección de nuestra Junta no hemos rechazado ningún pedido de diálogo ni con distritos ni con dirigentes, cualquiera sea su actual alineamiento interno; no hemos interferido en ninguna  tarea partidaria;  no hemos sancionado ni pedido sanciones ni para dirigentes ni para distritos. Respetamos y respetaremos las opiniones distintas, buscando el necesario consenso. Podemos hacerlo porque estamos plenamente convencidos de nuestra posición y por nuestra firme adhesión a la vida democrática, en este caso en la democracia interna partidaria.

4º La realidad ésta que nos ocupa es también,  fruto de muchos años de una vida partidaria con tendencia centrífuga, en la que muchos distritos tomaron sus decisiones y compromisos políticos locales independientemente de los restantes  y hasta de forma encontrada en cuanto a las concepciones ideológicas de los partidos con quienes se hacían alianzas electorales.

5º Además, hemos asistido a muchos  conflictos internos en varias provincias, con acusaciones de agresiones,  fraudes, de pérdida, destrucción o negativas de afiliaciones de numerosos dirigentes, algunos de ellos  de una calidad humana y de una formación política imprescindibles  para nuestro partido.

6º Esta apretada síntesis del pasado reciente no es a los fines de desacreditar o de romper puentes; sino para precisar lo prolongado y fuerte de un proceso continuo de deterioro que nos ha llevado a no ser coherentes ni con lo de demócrata ni con lo de cristiano, en cuanto al accionar  político.

7º Si el proceso de deterioro ha sido largo y ha creado enfrentamientos a nivel personal, estamos convencidos que el proceso contrario será también largo y requerirá de nuestras más sólidas convicciones. Habrá de fijarse una agenda cuyas instancias habrán de  cumplirse en  etapas sucesivas, cada una de las cuales deberá ser asumida y consolidada por todos antes de pasar a una nueva instancia.

8º Hacemos votos y  comprometemos nuestros esfuerzos, para alcanzar la unidad en el marco que estamos proponiendo,  sujetos por cierto,  al enriquecimiento fruto del diálogo.

9º Para este 2010 tenemos una incuestionable y muy urgente prioridad: cumplir los requisitos de la reformada  ley de partidos políticos.  Poco o nada podremos hacer en relación al  mínimo de 2% del padrón en los votos en elecciones nacionales. Pero cada distrito está dedicado de lleno  a cubrir las afiliaciones mínimas.  Y las autoridades nacionales y provinciales debemos reformar nuestras Cartas Orgánicas para incluir debidamente las elecciones primarias abiertas y obligatorias (PASO).

10º Por eso, en esta primera etapa debemos necesariamente:

–    No interferir en la vida interna de los distritos provinciales (excepto a su solicitud o para designar juntas promotoras allí donde no esté conformado el partido)

–     No sancionar dirigentes excepto por causas penales o similares.

–    No excluir dirigentes negándoles afiliación, etc.

–    Apoyarnos y ayudarnos solidariamente entre los distritos para resolver estas cuestiones.

11º Lamentablemente esto no está sucediendo y hay que anular todas las medidas inscriptas en esas  acciones disolventes. Para sentarnos a dialogar debe dejarse de lado todo tipo de sanción.

12º Propiciamos la unidad con identidad, para que el Partido Demócrata Cristiano  sea la cabal expresión del pensamiento social cristianismo en la política argentina. Pensamiento que es sustancialmente nuevo y distinto a lo usual en nuestra Patria y que es la única posibilidad cierta de construir una sociedad distinta, cimentada en el humanismo trascendente de raíz espiritual, el respeto a la dignidad de las personas y el bien común como algo tangible y accesible. Convengamos que estamos en franca mora en instalar el pensamiento social cristiano en la agenda del pensamiento y de la política  en la Argentina.

13 *  No aceptamos el construir la unidad  con aportes monetarios extraños al partido y que nos comprometan seriamente en el futuro, tanto en el pago de favores, como por la calidad humana de los prestadores.

14º No aceptamos construir la unidad pensando en inscribir al partido tras dirigentes ajenos a nuestro partido o tras  otras expresiones políticas partidarias.

15º  Entre toda la dirigencia democristiana hay diferencias, pero no  participamos de la difamación, ni hacemos de esto una cuestión ni contra personas, ni de intereses personales o sectoriales. En esta difícil etapa de nuestra patria, debemos dar ejemplo de vida política sustentada en el amor el prójimo y en los valores propios del cristianismo.

16º Primero, la calma institucional en el partido a lo largo y ancho de la Patria, requisito indispensable para asegurar el cumplimiento de los requisitos legales.

17º De ahí, la más que necesaria instalación del partido en el seno del pueblo todo, con su identidad específica, sus propuestas y la calidad ética y la capacidad de las personas que integran sus equipos técnicos y dirigenciales.

18º  Debemos avanzar en este proceso de unidad no sólo con la representación de las autoridades partidarias provinciales,  sino integrando también a numerosos dirigentes actualmente alejados a raíz de su desacuerdo con lo que sucede o raleados por algunas conducciones provinciales.  Esta incorporación debe ser inmediata y  nos permitirá recuperar personas de larga y aquilatada trayectoria probatoria de su calidad humana y de sus valores social -cristianos.

19º Realizar seminarios, etc. que ahonden la puesta en práctica de nuestro ideario en la realidad nacional y regional, buscando alcanzar el imprescindible común denominador sobre el cual construir la futura propuesta. Ninguno de estos encuentros debe servir para interferir en cuestiones que son propias y exclusivas de los órganos de conducción partidaria según Carta Orgánica. Ni para dar origen a una línea interna.

20º  La Convención 2010 deberá afirmar estas cuestiones como mínimo en su línea política hasta el 2011.

21º Recién en el 2011 y con el tiempo suficiente se definirá la postura electoral, sabiendo que según la nueva ley no hay posibilidad de libertad de acción a los distritos. La postura electoral debe ser única, excepto si hay fechas distintas para lo nacional y provincial.

22º  La resolución de esta tan delicada situación, puede llevarnos a conformar de una buena vez por todas, aquella tercera vía que nos indicara Maritain, uno de los padres de la Democracia  Cristiana.

La unidad debe ser con nuestra identidad. No somos ni queremos  aparecer como  políticos de doble discurso y accionar zigzagueante.   Nos proclamamos cristianos y debemos actuar conforme esa definición. No debemos por lo tanto, olvidarnos ni de las Virtudes Teologales: Fe, Esperanza y Caridad;  ni de las  Virtudes Cardinales: Templanza, Fortaleza, Justicia y Prudencia.

                            CABANA – Pcia. de Córdoba *  Mayo 2 de 2010.