Así suele decirse cuando alguien le tira a otros la culpa que le es propia.
Esto viene a cuenta de la editorial del Dr. Alberto José Rodríguez Saá por FM Lafinur y replicada ayer por EL DIARIO DE LA REPÚBLICA. Dos medios de comunicación que le son propios (a él y familia) con la particularidad que El DIARIO… llega todos los días a todos los rincones provinciales donde es tomado como base informativa cierta.
¿Qué dijo ahora Alberto RS?
También por la vía de su editorial, días atrás narró serias irregularidades o delitos en el obrar policial: zonas liberadas en Villa Mercedes; lugares en esa misma ciudad en dónde se vende lo robado y que él mismo afirma haber visto; venta de droga, alcoholismo y violencia en la ciudad capital sin actuación policial. Por último contó del fraude que cometen empleados policiales profesionales de la salud, que debiendo atender al personal en forma gratuita les exigen órdenes de DOSEP.
Por cierto que tira culpas al Ministro, al Jefe de Policía y sin decirlo pero por elevación, al gobernador.
Ante estas palabras del hoy editorialista, legisladores de la UCR acuden al Procurador de la Provincia para que haga las investigaciones del caso.
Con flojitos argumentos Alberto RS busca minimizar y desacreditar esta gestión del radicalismo provincial, instándolos a que investiguen. Y es aquí en donde encaja el refrán del título.
Investigación legislativa.
Tiene razón el editorialista Alberto, los legisladores deben investigar. ¿Cómo lo hacen? Se presenta un pedido de informes o bien se cita a los funcionarios responsables para que den explicaciones o respondan el cuestionario de los legisladores. Quien sabe de división de poderes, sabe esto.
Hasta ahí lo que debe ser. Pero la realidad es muy otra.
Sesiones atrás de la Cámara de Diputados la mayoría oficialista mandó a archivo y sin tratar una buena cantidad de pedidos de informes al Ejecutivo presentados por legisladores de la oposición. Una forma de negar la realidad: si no hay informes, está todo bien. Cuando no se los archiva, se los rechaza o si se los aprueba, las respuestas no llegan o llegan allá…para las calendas griegas.
Así ocurren las cosas en el feudo político instaurado por Adolfo y Alberto RS y continuado ahora por Poggi.
Ante esa realidad, los legisladores acuden al Procurador para que investigue, porque nadie con responsabilidades en el Estado debe permanecer indiferente o inactivo ante la dimensión de los hechos señalados por Alberto RS. También podrían haberlo hecho en forma individual o colectiva ante la justicia penal. Cualquier ciudadano puede y debe hacerlo.
Él es abogado y los abogados son también guardianes de la libertad, de los derechos humanos y de la vigencia y respeto a la Constitución, para lo cual se los considera parte del sistema judicial, auxiliares de la Justicia, a la que deben su máxima lealtad. Por lo tanto, si un abogado tiene conocimiento de delitos o de hechos que pueden constituir un delito debe acudir de inmediato a la justicia y hacer la denuncia como corresponde al ejercicio honesto y completo de la profesión.
Alberto RS no lo hace, sino que narra hechos a su modo por los medios de comunicación. No denuncia como todo abogado conocedor de un delito debe hacer, pero sí critica a quienes acuden al Procurador General de la Provincia para que investigue.
¡Alguien que le diga que al revés se pone el poncho!
Los legisladores radicales están cumpliendo sus obligaciones ciudadanas. Mientras que el editorialista las elude, tira la piedra en dirección equivocada; probablemente más que orientado a que se resuelvan estos hechos, preocupado en “hacer política” tal como lo anunció cuando volvió a radicarse en la provincia.
En la editorial que origina esta nota, el editorialista ex gobernador tomó como ejemplo la fábula del escorpión y la rana, por aquello de que el escorpión no puede con su naturaleza.
Está escupiendo para arriba.
Porque los hermanos Rodríguez Saá han instaurado un gobierno feudal, enriqueciéndose a más no poder; doblegando la división e independencia de poderes; violando reiteradamente la Constitución y las leyes; instalando el clientelismo político; formando a la policía con planes de estudio y profesores a su gusto; usándola para amedrentar a los legisladores en 1986; para reprimir arteramente a los docentes en el 2004; cuidar a los que agredían a las marchas del 2004; para cuidar a quienes en expresiones alevosamente antidemocráticas se manifestaban contra el Poder Judicial o contra el intendente Carlos Ponce. La misma policía a la que se le paga sueldos miserables sin escuchar sus reclamos.
Alberto Rodríguez Saá es co responsable en lo que es hoy la Policía Provincial, con lo bueno y lo malo que tiene.
Por más que hable de democracia, está en su naturaleza usarla en su beneficio y poner en otros su concepción feudal e incapacidades ciudadanas.
La puntanidad
En esa misma editorial el Dr. Alberto RS se queja diciendo que este accionar policial “No es puntanidad, no es amor a San Luis.”
¿Creerá acaso que las generaciones futuras considerarán como propio de la puntanidad los aportes que él, su hermano y sus laderos han hecho: gobierno feudal, violación persistente de la constitución y sus leyes, corruptela, clientelismo político, postergación de la educación y la salud, precariedad laboral y manipulación fraudulenta en las elecciones?
No me gusta la puntanidad de Alberto RS. Prefiero la que se sostiene en valores morales. La que se vive éticamente.
Quiero la puntanidad republicana, no una feudal.
Los ataques de Alberto Rodríguez Saá no son sino un vano intento por esconder su vocación de incumplir sus responsabilidades profesionales y políticas, para esconder su propia naturaleza de no respetar las instituciones republicanas y de culpar a otros.
SAN LUIS. Setiembre 9 de 2014
El impoluto actor ahora se que se queja de actitudes policiales y se olvida cuando en su boliche de El Volcán lo hacía disfrazar al «moise» del Braverman de la Virgen María, con si manto celeste y una teta peluda afuera, en presencia de sus amanuenses y olfas como por ejemplo a la «Nena Agundez», señora madre de la Dra. Miriam Agundez y la Ester Goris les donaba, no una ambulancia, ¡¡Sinó Dos!!!!!!. Caraduras.